Conociendo Jesús los pensamientos de estos, dijo: – ¿Por qué están pensando cosas malvadas que nacen en sus corazones?
Juan 2:24 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Pero Jesús no confiaba en ellos, porque Él conocía sus corazones, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, Biblia Nueva Traducción Viviente pero Jesús no confiaba en ellos porque conocía todo acerca de las personas. Biblia Católica (Latinoamericana) y no necesitaba pruebas sobre nadie, La Biblia Textual 3a Edicion Pero Jesús mismo no se confiaba a ellos, porque Él conocía a todos, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero Jesús no se confiaba a ellos, porque él conocía a todos Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos. |
Conociendo Jesús los pensamientos de estos, dijo: – ¿Por qué están pensando cosas malvadas que nacen en sus corazones?
Jesús, conociendo en su Espíritu lo que estaban pensando entre ellos, inmediatamente les dijo: – ¿Por qué están pensando estas cosas dentro de sí mismos?
Andrés llevó a Simón ante Jesús, y mirándolo, Jesús le dijo: – Tú eres Simón el hijo de Juan, ahora tú te llamarás Cefas (que traducido es Pedro).
Ahora entendemos que conoces todas las cosas y no tienes necesidad de que alguien te pregunte; y por esto creemos que procedes de Dios.
Jesús le dijo a Pedro por tercera vez: – ¿Me amas con amor sacrificial, y estás dispuesto a dar la vida por mí? Pedro se entristeció de que le preguntase por tercera vez y le dijo: – Señor, Tú conoces todas las cosas, Tú me conoces íntimamente, sabes que solamente te amo sentimentalmente, pero aún no te amo sacrificialmente. Jesús le dijo: – Necesito que me ames con el amor sacrificial, como requisito fundamental para ser pastor de ovejas.
Sabiendo Jesús que iban a venir a apoderarse de Él, para hacerlo rey, se retiró de nuevo solo a la montaña.
Pero hay algunos de ustedes que no creen. Porque Jesús desde el principio sabía quiénes eran los que creían y quién era el que lo entregaría.
Empezaron a orar, y decían: – Tú Señor, que conoces íntimamente nuestros corazones, muéstranos a quién de estos dos escogiste,
Y Dios, que conoce los corazones, dio testimonio a ellos dándoles el Espíritu Santo, así como nos lo dio a nosotros;
No hay nada ni nadie que se pueda esconder de la palabra de Dios; todo está desnudo y expuesto ante sus ojos; es a Él a quien tendremos que rendirle cuentas de nuestra vida.
En cuanto a sus hijos, les enviaré una muerte horrible. Así todas las iglesias sabrán que Yo soy el que escudriña las mentes y los corazones, y a cada uno les retribuiré según sus obras.