Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Juan 11:38 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

Jesús se entristeció nuevamente y llegó a la tumba; era una cueva y había una piedra que la tapaba.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Jesús todavía estaba enojado cuando llegó a la tumba, una cueva con una piedra que tapaba la entrada.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús, conmovido de nuevo en su interior, se acercó al sepulcro. Era una cueva cerrada con una piedra.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Jesús pues, profundamente conmovido otra vez en sí mismo, va al sepulcro. Era una cueva, y una piedra estaba recostada contra ella.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Jesús, nuevamente conmovido, se acercó al sepulcro, que era una cueva, con una losa puesta encima.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Jesús, conmoviéndose otra vez en sí mismo, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Juan 11:38
12 Tagairtí Cros  

y lo puso en una tumba nueva. Esta tumba recién excavada en la roca había sido preparada por él poco antes. Después de colocar con una gran piedra la entrada de la tumba, se retiró.


Ellos se fueron, aseguraron la tumba y la sellaron, y pusieron la guardia.


Entonces José lo bajó de la cruz, y lo envolvió en una sábana que había comprado y lo colocó en una tumba que había excavado en una roca, e hizo rodar una piedra para cerrar la entrada del sepulcro.


Él se molestó demasiado y dijo: – ¿Por qué esta generación busca una señal? Pues les digo que sí será dada una señal a esta generación.


Cuando llegaron, vieron que la piedra que tapaba la entrada del sepulcro ya no estaba en su lugar,


Cuando Jesús vio a María llorando y a los judíos que la acompañaban también, se entristeció profundamente en su espíritu y se angustió,


El domingo, al amanecer, cuando aún estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro donde habían enterrado a Jesús y vio que habían quitado la piedra de la entrada.