Luego se internó en el desierto. Después de caminar todo un día, se sentó bajo un arbusto, y sintió deseos de morir. «¡Basta! —le dijo al Señor—. ¡Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados!».
Jonás 4:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Se quejó de ello ante el Señor: ―Señor, esto es exactamente lo que pensé que harías, cuando todavía estaba en mi tierra y me dijiste que viniera a Nínive. Por esta razón hui a Tarsis. Yo sabía que eres un Dios compasivo, misericordioso, que te cuesta mucho enojarte y que eres lleno de bondad. Yo sabía que con facilidad dejarías la idea de destruir a este pueblo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces le reclamó al Señor: —Señor, ¿no te dije antes de salir de casa que tú harías precisamente esto? ¡Por eso hui a Tarsis! Sabía que tú eres un Dios misericordioso y compasivo, lento para enojarte y lleno de amor inagotable. Estás dispuesto a perdonar y no destruir a la gente. Biblia Católica (Latinoamericana) Se dirigió a Yavé y le dijo: 'Ah, Yavé, es exactamente lo que yo preveía cuando estaba todavía en mi tierra, y por esto traté de huir a Tarsis. Yo sabía que tú eres un Dios clemente y misericordioso, paciente y lleno de bondad, siempre dispuesto a perdonar. La Biblia Textual 3a Edicion Y oró a YHVH diciendo: ¡Oh YHVH! ¿No era esto lo que decía yo estando aún en mi tierra? Por eso huí a Tarsis, porque sabía que Tú eres clemente y misericordioso, lento para la ira y grande en misericordia, que desistes de dar castigo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y oró así a Yahveh: '¡Ah Yahveh! ¿No era esto lo que yo me decía cuando aún estaba en mi país? Por eso me apresuré a huir a Tarsis, pues sabía que tú eres clemente y misericordioso, lento a la ira y rico en bondad, y que te arrepientes del mal con que amenazas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y oró a Jehová, y dijo: Te ruego, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me precaví huyendo a Tarsis; porque yo sabía que tú eres Dios clemente y piadoso, lento para la ira y grande en misericordia, y que te arrepientes del mal. |
Luego se internó en el desierto. Después de caminar todo un día, se sentó bajo un arbusto, y sintió deseos de morir. «¡Basta! —le dijo al Señor—. ¡Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados!».
El Señor es misericordioso y compasivo, es lento para enojarse y está lleno de amor.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y lleno de amor.
Pero él fue misericordioso; les perdonaba sus pecados y no los destruía. Una y otra vez contuvo su ira.
pero tú, Señor, eres misericordioso y bueno, Dios, lento para enojarte, y lleno de gran amor y verdad.
¡Oh Señor, qué bueno y perdonador eres; qué gran amor tienes por todos los que te piden ayuda!
Oh Señor vuelve a nosotros. ¿Cuánto tardarás? Ten compasión de tus siervos.
si esa nación se aparta de su mala conducta, no la destruiré según había planeado.
Entonces dije: ¡Oh Señor, me sedujiste y no puse resistencia! Me veo forzado a darles tus mensajes porque tú eres más fuerte que yo, pero ahora soy el hazmerreír de la ciudad, todo el mundo se burla de mí.
Pero si dejan de cometer tantas maldades y comienzan a seguir las instrucciones del Señor su Dios, él revocará todo el castigo que ha anunciado contra ustedes.
Quédense en esta tierra. Si así hacen, yo los bendeciré y nadie les hará daño, porque me duele todo lo que he tenido que castigarlos.
Entonces el Señor cambió de idea, y me dijo: ―Muy bien, tampoco voy a hacer eso.
Pero Jonás no quiso ir. Al contrario, quiso huir de la presencia del Señor; por eso, fue hacia la costa, al puerto de Jope. Allí encontró un barco que iba hacia Tarsis. Pagó su pasaje y subió al barco para irse bien lejos de la presencia del Señor.
Cuando Dios vio que los ninivitas estaban dispuestos a dejar su mala conducta, decidió no destruirlos como había planeado.
Quizás Dios tenga misericordia, deje de estar enojado con nosotros y nos permita seguir viviendo».
¿Dónde hay otro Dios como tú, que perdona los pecados de los que aún quedan de su pueblo? Pues tú no retienes para siempre el enojo contra tu pueblo, porque amas la misericordia y el perdón más que la cólera y el castigo.
Pero él, queriendo justificarse, le volvió a preguntar: ―¿Y quién es mi prójimo?
Porque el Señor su Dios es misericordioso; él no los abandonará ni los destruirá ni olvidará el pacto y las promesas hechas a sus antepasados.