Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Jeremías 42:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

10 Quédense en esta tierra. Si así hacen, yo los bendeciré y nadie les hará daño, porque me duele todo lo que he tenido que castigarlos.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

10 Si os quedareis quietos en esta tierra, os edificaré, y no os destruiré; os plantaré, y no os arrancaré; porque estoy arrepentido del mal que os he hecho.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

10 “Permanezcan aquí en esta tierra. Si lo hacen, los edificaré y no los derribaré; los plantaré y no los desarraigaré. Pues lamento todo el castigo que tuve que traer sobre ustedes.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Si ustedes quieren vivir tranquilamente en esta tierra, yo los edificaré y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré más, pues estoy arrepentido del mal que les he hecho.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

10 Si permanecéis quietos en esta tierra, Yo os edificaré, y no os destruiré. Os plantaré, y no os arrancaré, porque me pesa todo el mal que os he hecho.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Si os quedáis en este país, os edificaré y no os arrasaré, os plantaré y no os arrancaré, porque me arrepiento del mal que os he hecho.

Féach an chaibidil Cóip




Jeremías 42:10
25 Tagairtí Cros  

Pero cuando el ángel de la muerte se preparaba para destruir a Jerusalén, el Señor se apiadó y le dijo que se detuviera. El ángel estaba en el campo de Arauna el jebuseo.


Porque el Señor reconstruirá a Sion. Él surgirá en su gloria.


Se acordaba del pacto que había hecho con ellos, y por su gran amor les tuvo compasión.


Pero confía en el Señor. Sé generoso y bueno; entonces vivirás y prosperarás aquí en la tierra.


Porque Dios salvará a Sion; él reconstruirá las ciudades de Judá, su pueblo habitará en ellas y no será desposeída.


Entonces el Señor tuvo compasión de ellos y no los destruyó.


Yo me encargaré de que los traten bien y los volveré a traer de regreso. Les ayudaré y no los heriré; haré que vuelvan a ubicarse en su tierra y en ella serán prósperos.


Pero, ¿lo mataron acaso el rey Ezequías y el pueblo por decir eso? No, sino que dejaron sus actos malvados y rindieron homenaje al Señor y le suplicaron que tuviera misericordia de ellos. Y el Señor no les envió el terrible castigo que les había preparado. Si por comunicarnos los mensajes de Dios matamos a Jeremías, ¡quién sabe qué nos hará el Señor!


Pero al pueblo de toda nación que se someta al rey de Babilonia se le permitirá quedarse en su propio país y cultivar la tierra como de costumbre.


En tiempos pasados con mucho empeño arruiné y dañé a la nación pero ahora la reedificaré cuidadosamente.


Reconstruiré las ciudades de Judá e Israel y restauraré también su fortuna.


De modo que Johanán y todos los jefes guerrilleros y todo el pueblo se negaron a obedecer al Señor y quedarse en Judá.


Entonces las naciones en torno de ustedes, todas aquellas que aún queden, sabrán que yo, el Señor, reconstruí las ruinas y les di cosechas abundantes en el desierto. ¡Pues yo, el Señor, lo que prometo, cumplo!”.


»¿Cómo podré abandonarte, mi Efraín? ¿Cómo podré dejarte ir? ¿Cómo podré desampararte como lo hice con Admá y Zeboyín? ¡Me duele el corazón por ti y no puedo contener todo el amor que te tengo! ¡Me duele tanto tener que castigarte!


No finjan arrepentimiento rasgándose la ropa, sino vuélvanse al Señor su Dios con un corazón lleno de arrepentimiento sincero. Porque él es un Dios amoroso y bueno, que no se enoja fácilmente. Él los ama mucho y le duele castigarlos.


Por eso el Señor cambió de idea, y me dijo: ―Muy bien, no haré esto.


Entonces el Señor cambió de idea, y me dijo: ―Muy bien, tampoco voy a hacer eso.


Cuando Dios vio que los ninivitas estaban dispuestos a dejar su mala conducta, decidió no destruirlos como había planeado.


Cuando entró Jonás el primer día a la ciudad y comenzó a predicar, el pueblo se arrepintió de sus malas obras. Jonás pregonaba con voz potente el mensaje de Dios: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!». Los ninivitas creyeron el mensaje que Dios les enviaba y decidieron ayunar. Desde el más encumbrado hasta el más pobre se vistieron con ropas de luto, es decir, con ropa áspera y tosca, en señal de arrepentimiento.


Se quejó de ello ante el Señor: ―Señor, esto es exactamente lo que pensé que harías, cuando todavía estaba en mi tierra y me dijiste que viniera a Nínive. Por esta razón hui a Tarsis. Yo sabía que eres un Dios compasivo, misericordioso, que te cuesta mucho enojarte y que eres lleno de bondad. Yo sabía que con facilidad dejarías la idea de destruir a este pueblo.


»“Después de esto regresaré y reedificaré la casa de David que quedó derrumbada, reconstruiré sus ruinas y la restauraré,


»Porque el Señor verá que su pueblo tenga justicia y tendrá compasión de ellos cuando se desvíen. Verá cuando su fuerza se agote, tanto en el esclavo como en el libre,


Cada juez rescataba al pueblo de Israel de sus enemigos durante su vida, porque el Señor se compadecía del clamor de su pueblo cuando estaba oprimido y acosado.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí