Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Mateo 5:3 - Biblia Martin Nieto

'Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de Dios.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

«Dios bendice a los que son pobres en espíritu y se dan cuenta de la necesidad que tienen de él, porque el reino del cielo les pertenece.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Felices los que tienen el espíritu del pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Bienaventurados los pobres en espíritu; porque de ellos es el reino del cielo.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Mateo 5:3
55 Tagairtí Cros  

En medio de su angustia imploró al Señor, su Dios, y se humilló profundamente delante del Dios de sus padres.


Su oración y su acogida, todas sus prevaricaciones y su impiedad, los lugares en los que levantó altares y puso imágenes de Aserá e ídolos antes de su conversión, están escritos en las crónicas de Jozay.


Pero no se humilló delante del Señor, como se había humillado su padre Manasés; al contrario, aumentó su culpabilidad.


Por haberse conmovido tu corazón y haberte humillado delante del Señor al oír las palabras con que él ha amenazado a este lugar y a sus habitantes, por haberte humillado delante de mí, por haberte rasgado las vestiduras y haber llorado delante de mí, también yo te he escuchado, dice el Señor.


si este mi pueblo, el pueblo que lleva mi nombre, se humilla, reza, busca mi rostro y se convierte de sus malos caminos, yo escucharé desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré su tierra.


Por eso retracto mis palabras y en polvo y ceniza hago penitencia.


¡Aleluya! Dichoso el hombre que teme al Señor y ama sus mandamientos.


Dichoso el que tiene su ayuda en el Dios de Jacob, y su esperanza en el Señor, su Dios,


para que no se irrite y os veáis perdidos, pues su cólera se inflama en un instante. ¡Dichosos los que en él buscan refugio!


Ellos gritan, el Señor los atiende y los libra de todas sus angustias;


Al maestro de coro. Salmo de David


Señor, abre mis labios, y mi boca anunciará tu alabanza.


Dios, el Señor, es un sol y un escudo, el Señor da la gracia y la gloria; no niega bien alguno al que procede rectamente.


Más vale ser humilde de espíritu con los pequeños que partir el botín con los soberbios.


El orgullo del hombre causa su humillación, pero el humilde de espíritu obtiene el honor.


Por tanto, hijos míos, escuchadme: dichosos los que siguen mis caminos;


Pero el Señor espera la hora de otorgaros su gracia; por eso se levanta para apiadarse de vosotros, porque el Señor es un Dios de justicia; felices los que en él esperan.


Pues esto dice el altísimo, el excelso, el que habita una morada eterna y cuyo nombre es santo: Yo habito en una morada excelsa y santa, pero también estoy con el hombre arrepentido y humilde, para reanimar el espíritu de los humildes, para reconfortar el corazón afligido.


El espíritu del Señor Dios está en mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a curar los corazones oprimidos, a anunciar la libertad a los cautivos, la liberación a los presos;


Todo esto lo ha hecho mi mano, y mío es todo ello -dice el Señor-. Pero aquel en quien fijo yo mis ojos es el humilde, el de contrito corazón, que tiembla a mi palabra.


Se te ha dado a conocer, oh hombre, lo que es bueno, lo que el Señor exige de ti. Es esto: practicar la justicia, amar la misericordia y caminar humildemente con tu Dios.


En aquel tiempo Jesús dijo: 'Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y se las has manifestado a los sencillos.


¡dichoso el que no se escandalice de mí!'.


'¡Dichosos vuestros ojos porque ven, y vuestros oídos porque oyen!


pero Jesús dijo: 'Dejad que los niños se acerquen a mí y no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el reino de Dios'.


Dichoso ese criado si, al llegar su amo, lo encuentra cumpliendo con su deber.


Entonces el rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para vosotros desde el principio del mundo.


y diciendo: 'Convertíos, porque está cerca el reino de Dios'.


Muchos del oriente y del occidente vendrán y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de Dios,


Pero Jesús, al verlo, se indignó y les dijo: 'Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el reino de Dios.


Pero él le dijo: 'Dichosos más bien los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica'.


Os digo que éste volvió a su casa justificado, y el otro no. Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado'.


y yo os voy a dar el reino como mi Padre me lo dio a mí,


para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino y os sentéis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel'.


El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a anunciar la libertad a los presos, a dar la vista a los ciegos, a liberar a los oprimidos


Jesús dijo: 'Has creído porque has visto. Dichosos los que creen sin haber 30 Otros muchos milagros hizo Jesús en presencia de sus discípulos, que no están escritos en este libro.


Acuérdate del camino que el Señor te ha hecho andar durante cuarenta años a través del desierto con el fin de humillarte, probarte y conocer los sentimientos de tu corazón y ver si guardabas o no sus mandamientos.


y el rico de su humillación, porque pasará como la flor del heno.


dichoso el hombre que soporta la prueba; porque si la ha superado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a los que le aman.


Mis queridos hermanos, escuchad. ¿No ha elegido Dios a los pobres según el mundo para ser ricos en la fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?


Y el ángel me dijo: 'Dichosos los invitados al banquete de las bodas del cordero'. Y añadió: 'Estas palabras de Dios dicen la verdad'.


Dichosos los que lavan sus vestidos para tener derecho al árbol de la vida y a entrar en la ciudad por las puertas.


Estás diciendo: Yo soy rico, yo me he enriquecido, a mí no me falta nada; y no sabes que eres desdichado, miserable, pobre, ciego y desnudo.