Salmos 84 - Biblia Martin Nieto1 Al maestro de coro. Según 'la de Gat'. Salmo de los hijos de Coré 2 ¡Qué hermosa es tu morada, Señor omnipotente! 3 Mi alma suspira y desfallece por los atrios del Señor, mi corazón y mi carne se entusiasman en busca del Dios vivo. 4 Hasta el gorrión ha encontrado una casa y la golondrina un nido donde poner sus polluelos: tus altares, Señor omnipotente, rey mío y Dios mío. 5 Dichosos los que viven en tu casa y están siempre alabándote; 6 dichoso el hombre que tiene en ti su fortaleza y lleva en su corazón tus caminos. 7 Al pasar por el valle de las balsameras, lo convertirán en manantiales, y las lluvias otoñales lo llenarán de bendiciones. 8 Marcharán con ánimo creciente, verán al Dios de los dioses en Sión. 9 Señor, Dios omnipotente, escucha mi plegaria; atiéndeme, oh Dios de Jacob; 10 oh Dios, contempla nuestro escudo, fíjate en el rostro de tu ungido. 11 Un día en tus atrios vale más que mil: prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios a vivir en la casa del malvado. 12 Dios, el Señor, es un sol y un escudo, el Señor da la gracia y la gloria; no niega bien alguno al que procede rectamente. |
Evaristo Martín Nieto©