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Isaías 66:2 - Biblia Martin Nieto

2 Todo esto lo ha hecho mi mano, y mío es todo ello -dice el Señor-. Pero aquel en quien fijo yo mis ojos es el humilde, el de contrito corazón, que tiembla a mi palabra.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Con mis manos hice tanto el cielo como la tierra; son míos, con todo lo que hay en ellos. ¡Yo, el Señor, he hablado! »Bendeciré a los que tienen un corazón humilde y arrepentido, a los que tiemblan ante mi palabra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 si todo esto lo ha hecho mi mano y todo esto es mío?, dice Yavé. Pero en quien fijo realmente mis ojos es en el pobre y en el corazón arrepentido, que se estremece por mi palabra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Mi mano hizo todas estas cosas, Y así todas ellas llegaron a existir, dice YHVH. Pero Yo miraré al pobre y humilde de espíritu, Y que tiembla ante mi palabra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Pues todas estas cosas las hizo mi mano, todas ellas son mías -dice Yahveh-. Pero en éste me fijo: en el humilde y contrito, el que tiembla a mi palabra.

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Isaías 66:2
35 Tagairtí Cros  

'¿Has visto cómo Ajab se ha humillado ante mí? Por eso, no acarrearé la desgracia sobre su casa en sus días, sino en los días de su hijo'.


Después le comunicó la noticia: 'El sacerdote Jelcías me ha dado un libro'. Y Safán lo leyó en presencia del rey.


Cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestiduras


Hagamos ahora con nuestro Dios un pacto de despedir a todas estas mujeres extranjeras y a los hijos que hemos tenido con ellas, si así te parece a ti y a los temerosos de los mandamientos de nuestro Dios; que se cumpla la ley.


Todos los temerosos de las palabras del Dios de Israel se reunieron conmigo al conocer la prevaricación de los repatriados. Yo permanecí sentado, abrumado hasta la hora del sacrificio de la tarde.


ante ti se estremece mi cuerpo de terror, tengo miedo de tus decisiones.


Los poderosos me persiguen sin razón, pero mi corazón acata tu palabra.


Aunque es excelso, el Señor se fija en el humilde, pero conoce desde lejos al soberbio.


Ellos gritan, el Señor los atiende y los libra de todas sus angustias;


Señor, abre mis labios, y mi boca anunciará tu alabanza.


El sacrificio que Dios quiere es un espíritu contrito, un corazón contrito y humillado, tú, oh Dios, no lo desprecias.


Dichoso el hombre que está siempre en el temor, el que endurece su corazón caerá en la desventura.


El orgullo del hombre causa su humillación, pero el humilde de espíritu obtiene el honor.


Alzad los ojos a lo alto y mirad: ¿Quién ha creado todos estos astros, sino el que despliega en orden sus mesnadas y llama a cada uno por su nombre? Tanta es su fuerza, tan grande su poder que ninguno falta a su llamada.


para que vean y sepan, consideren y conozcan todos que esto lo ha hecho la mano del Señor y lo ha creado el Santo de Israel.


Pues esto dice el altísimo, el excelso, el que habita una morada eterna y cuyo nombre es santo: Yo habito en una morada excelsa y santa, pero también estoy con el hombre arrepentido y humilde, para reanimar el espíritu de los humildes, para reconfortar el corazón afligido.


El espíritu del Señor Dios está en mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a curar los corazones oprimidos, a anunciar la libertad a los cautivos, la liberación a los presos;


Escuchad la palabra del Señor los que tembláis a su palabra: Han dicho vuestros hermanos que os odian, que os aborrecen a causa de mi nombre. ¡Que el Señor manifieste su gloria para que podamos ver vuestra alegría! Pero ellos serán avergonzados.


Irán detrás del Señor, y él rugirá como un león; cuando él ruja, acudirán sus hijos de occidente.


Se te ha dado a conocer, oh hombre, lo que es bueno, lo que el Señor exige de ti. Es esto: practicar la justicia, amar la misericordia y caminar humildemente con tu Dios.


He oído, y estoy profundamente conmovido; a tu voz tiemblan mis labios; estoy completamente descompuesto, mis pasos vacilan al andar. Tranquilo espero el día de la angustia, que ha de caer sobre el pueblo que nos asalta.


Pues yo os digo que hay aquí algo más grande que el templo.


¿No hizo mi mano todas estas cosas?


Levántate y entra en la ciudad; allí te dirán lo que debes hacer'.


Por tanto, queridos hermanos, como siempre habéis obedecido, no sólo durante mi presencia, sino también y mucho más mientras estuve ausente, trabajad por vuestra salvación con profundo acatamiento


y él mismo existe antes que todas las cosas, y todas subsisten en él.


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