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Jeremías 37:13 - Biblia Martin Nieto

Pero al llegar a la puerta de Benjamín, el guardia que estaba de turno, llamado Yirayas, hijo de Selemías, hijo de Ananías, arrestó al profeta Jeremías exclamando: '¡Tú te pasas a los caldeos!'.

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Biblia Reina Valera 1960

Y cuando fue a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán que se llamaba Irías hijo de Selemías, hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciendo: Tú te pasas a los caldeos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Sin embargo, cuando atravesaba la puerta de Benjamín un guardia lo arrestó y le dijo: —¡Estás desertando para unirte a los babilonios! El guardia que lo arrestó era Irías, hijo de Selemías y nieto de Hananías.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero al pasar la puerta de la ciudad que lleva a Benjamín, el vigilante Jerías, hijo de Selemías, detuvo al profeta diciendo: 'Tú te pasas a los caldeos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero cuando llegó a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán llamado Irías ben Selemías, hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciendo: ¡Te pasas a los caldeos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Al llegar a la puerta de Benjamín, se encontró allí con un jefe de la guardia, llamado Yirías, hijo de Selemías, hijo de Jananías, que prendió al profeta Jeremías, exclamando: '¡Conque te pasas a los caldeos!'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando llegó a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán de la guardia que se llamaba Irías, hijo de Selemías, hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciendo: Tú te pasas a los caldeos.

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Jeremías 37:13
20 Tagairtí Cros  

Ellos han dicho: '¡Venid, tramemos un atentado contra Jeremías, pues no ha de faltar por eso del sacerdote la enseñanza, ni del sabio el consejo, ni del profeta la palabra! ¡Ea, matémosle con la lengua; no prestemos atención a ninguna de sus palabras!'.


Pues he escuchado la calumnia de la gente: '¡Terror por todas partes! ¡Anunciadlo, anunciémoslo!'. Todos los que eran mis amigos me espiaban a ver si daba un paso en falso: '¡Quizás se deje seducir; nosotros lo venceremos y nos vengaremos de él!'.


mandó golpear al profeta Jeremías y luego le puso en el cepo que estaba en la puerta de Benjamín, la más alta, en el templo del Señor.


El que quede en esta ciudad morirá de espada, de hambre o de peste; el que salga y se rinda a los caldeos que os asedian, vivirá. Conservará su vida como botín.


Ahora, he entregado todos estos países en manos de mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y he puesto a su servicio incluso las bestias del campo.


Pues esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Un yugo de hierro pongo al cuello de todas estas naciones para someterlas a Nabucodonosor, rey de Babilonia; y estarán sometidas a él, así como las bestias del campo, que también le he entregado'.


bajó al palacio real, a la sala del secretario, donde estaban reunidos en sesión todos los dignatarios: Elisamá, el secretario; Delayas, hijo de Semayas; Elnatán, hijo de Acbor; Gamarías, hijo de Safán; Sedecías, hijo de Ananías, y todos los demás dignatarios.


Pero Safatías, hijo de Tatán; Guedelías, hijo de Pasjur; Yucal, hijo de Selemías, y Pasjur, hijo de Malquías, habían oído a Jeremías dirigir al pueblo estas palabras:


Aquellos dignatarios dijeron al rey: 'Pedimos la muerte de este hombre, que desalienta a los combatientes que quedan en esta ciudad y a todo el pueblo, al hablarles en tales términos. Es evidente que este hombre no busca el bien de este pueblo, sino su desgracia'.


Ebedmélec, eunuco etíope del palacio real, oyó decir que habían echado a Jeremías en la cisterna. Y en una ocasión en que el rey se encontraba en la puerta de Benjamín,


Se espiaban nuestros pasos, se nos cerraban nuestras plazas. Llegaba nuestro fin, cumplidos nuestros días; sí, llegaba nuestro fin.


Amasías, sacerdote de Betel, mandó a decir a Jeroboán, rey de Israel: 'Amós conspira contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede soportar todas sus palabras.


Todo el país se convertirá en llanura, desde Guibeá hasta Rimón en el Negueb. Jerusalén será elevada, pero en su mismo sitio, desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta Primera, es decir, hasta la puerta del Ángulo, y desde la torre de Jananel hasta los lagares del rey.


y comenzaron a acusarle, diciendo: 'Nosotros lo hemos encontrado alborotando a nuestra nación, prohibiendo pagar tributo al césar y diciendo que él es el cristo rey'.


ni tampoco pueden probarte las cosas de que ahora me acusan.


Entonces sobornaron a unos hombres para que dijeran: 'Nosotros hemos oído a éste decir blasfemias contra Moisés y contra Dios'.


en medio de gloria y de ignominia, de calumnia y buena fama; como impostores, aunque veraces;