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Jeremías 27:6 - Biblia Martin Nieto

6 Ahora, he entregado todos estos países en manos de mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y he puesto a su servicio incluso las bestias del campo.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Y ahora yo he puesto todas estas tierras en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y aun las bestias del campo le he dado para que le sirvan.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Ahora entregaré estos países al rey Nabucodonosor de Babilonia, quien es mi siervo. He puesto todo bajo su control, aun los animales salvajes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Ahora bien, acabo de entregar todos estos países a mi mayordomo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y le he entregado hasta las bestias del campo para que le sirvan.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y ahora Yo he entregado todas estas tierras en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, siervo mío, e incluso le he entregado las bestias del campo para que le sirvan.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Pues bien, ahora entrego todos estos países en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia mi siervo, y hasta las bestias salvajes le entrego para que le sirvan.

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Jeremías 27:6
19 Tagairtí Cros  

Le trató benévolamente y le concedió un trono sobre los tronos de los reyes que había en Babilonia.


'Esto dice Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha encargado de construirle un templo en Jerusalén, en Judá. El que de vosotros pertenezca a su pueblo, que vaya a Jerusalén, y que el Señor, su Dios, lo ayude'.


el que dice a Ciro: ¡Mi pastor eres, todos mis deseos cumplirás!; el que dice a Jerusalén: Serás reedificada, y al templo: Serás reconstruido.


Después de esto, dice el Señor, entregaré a Sedecías, rey de Judá, a sus servidores y a los habitantes de esta ciudad que hayan escapado a la peste, a la espada y al hambre, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, en manos de sus enemigos, de aquellos que buscan su vida; él los pasará a filo de espada sin consideración, sin piedad y sin compasión'.


Te entregaré en manos de los que buscan tu muerte, en manos de aquellos que tanto miedo te infunden: en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de los caldeos.


El Señor me mostró dos cestas de higos, que estaban delante del templo del Señor. Esto sucedió después que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado al destierro, de Jerusalén a Babilonia, a Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, con sus nobles, sus cerrajeros y sus herreros.


yo mando a buscar a todas las tribus del norte -dice el Señor- y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra este país, contra sus habitantes y contra todas estas naciones de los contornos; las aniquilaré y las dejaré convertidas en objeto de horror, de escarnio y de oprobio perpetuo.


Pues esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Un yugo de hierro pongo al cuello de todas estas naciones para someterlas a Nabucodonosor, rey de Babilonia; y estarán sometidas a él, así como las bestias del campo, que también le he entregado'.


y diles: Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Voy a mandar a buscar a mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y pondré su trono sobre estas piedras que he escondido y él desplegará sobre ellas su dosel.


Huid, salid aprisa, ocultaos en escondrijos, habitantes de Jasor -dice el Señor-, porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha formado contra vosotros un proyecto, ha urdido un plan contra vosotros.


Haré de Egipto un país desolado entre tierras desiertas, y sus ciudades serán una desolación entre ciudades destruidas, durante cuarenta años. Dispersaré a los egipcios entre las naciones y los esparciré por los países.


Robusteceré los brazos del rey de Babilonia, pondré en su mano mi espada y romperé los brazos del Faraón, que gemirá ante él, como un herido de muerte.


Pero dejad en tierra el tocón con sus raíces; sea atado con cadenas de hierro y bronce entre la hierba del campo. Caiga sobre él el rocío del cielo, comparta con las bestias salvajes la hierba del suelo.


Serás expulsado de entre los hombres y tendrás tu morada con las bestias salvajes; hierba como los bueyes tendrás por comida y serás bañado por el rocío del cielo. Siete períodos pasarán así por ti, hasta que reconozcas que el altísimo tiene poder sobre el imperio de los hombres y se lo da a quien quiere.


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