Al llegar a Egipto dijo a Saray, su mujer: 'Mira, tú eres una mujer muy hermosa.
Génesis 29:17 - Biblia Martin Nieto Lía tenía los ojos tiernos, mientras que Raquel era guapa y de lindo semblante. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer. Biblia Nueva Traducción Viviente No había brillo en los ojos de Lea, pero Raquel tenía una hermosa figura y una cara bonita. Biblia Católica (Latinoamericana) Lía no tenía brillo en sus ojos, mientras Raquel tenía buena presencia y era linda. La Biblia Textual 3a Edicion Y los ojos de Lea eran alicaídos,° en tanto que Raquel era de hermosa apariencia y bello semblante. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Lía tenía la mirada apagada, Raquel, en cambio, era apuesta y de bello aspecto. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los ojos de Lea eran tiernos, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer. |
Al llegar a Egipto dijo a Saray, su mujer: 'Mira, tú eres una mujer muy hermosa.
Efectivamente, cuando Abrán llegó a Egipto, los egipcios vieron que la mujer era muy hermosa.
La joven era muy bella y virgen; ningún varón la había tocado. Bajó a la fuente, llenó el cántaro e iba ya a subir,
Las gentes del lugar le preguntaban si Rebeca era su mujer, y él respondía que era su hermana, pues tenía miedo de decir que era su mujer; porque como Rebeca era muy bella, pensaba que aquellos hombres podían matarle.
Jacob amaba a Raquel, y dijo: 'Te serviré siete años a cambio de Raquel, tu hija menor'.
Jacob se unió también a Raquel, y la amó más que a Lía, y sirvió en casa de su tío siete años más.
Entonces dejó en las manos de José todo cuanto poseía; con él no tenía que preocuparse de nada, a no ser del alimento que tomaba. José era guapo y esbelto.
Cuando yo volvía de Padán Arán perdí a Raquel, tu madre, en el camino a través de Canaán, no lejos de Éfrata, y la sepulté en el camino de Éfrata, o sea Belén'.
Engañosa es la gracia, vana la belleza; la mujer que teme al Señor, ésa debe ser alabada.
Esto dice el Señor: Un grito se ha oído en Ramá, un lamento, llanto amargo: es Raquel, que llora a sus hijos, y no quiere consolarse de sus hijos porque ya no existen.
hoy, cuando te hayas alejado de mí, encontrarás junto a la tumba de Raquel, en los confines de Benjamín, a dos hombres, que te dirán: Han aparecido las asnas que andas buscando; tu padre se ha olvidado de las asnas y está intranquilo por vosotros, preguntándose qué puede hacer por su hijo.