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Génesis 12:11 - Biblia Martin Nieto

11 Al llegar a Egipto dijo a Saray, su mujer: 'Mira, tú eres una mujer muy hermosa.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Al acercarse a la frontera de Egipto, Abram le dijo a su esposa Sarai: «Mira, tú eres una mujer hermosa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Estando ya para entrar en Egipto, dijo a Saray, su esposa: 'Estoy pensando que eres una mujer hermosa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y sucedió que cuando se acercaba para entrar a Egipto, le dijo a su esposa Saray: Mira, eres mujer de hermosa apariencia,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 A punto de entrar en Egipto, dijo a Saray, su mujer: 'Mira, sé que eres una mujer muy hermosa.

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Génesis 12:11
14 Tagairtí Cros  

Efectivamente, cuando Abrán llegó a Egipto, los egipcios vieron que la mujer era muy hermosa.


Cuando Dios me hizo salir lejos de la casa de mi padre, yo le dije a ella: Tienes que hacerme este favor: dondequiera que vayamos, di que yo soy tu hermano'.


Abrahán decía que Sara, su mujer, era su hermana. Y Abimelec, rey de Guerar, mandó que le trajeran a Sara.


La joven era muy bella y virgen; ningún varón la había tocado. Bajó a la fuente, llenó el cántaro e iba ya a subir,


Las gentes del lugar le preguntaban si Rebeca era su mujer, y él respondía que era su hermana, pues tenía miedo de decir que era su mujer; porque como Rebeca era muy bella, pensaba que aquellos hombres podían matarle.


Lía tenía los ojos tiernos, mientras que Raquel era guapa y de lindo semblante.


los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron por esposas las que más les gustaron.


Una tarde, después de la siesta, David, paseando por la terraza del palacio, vio a una mujer que estaba bañándose. La mujer era muy bella.


La joven era muy hermosa. Cuidaba del rey y le servía. Pero el rey no tuvo relaciones con ella.


Ni sabiduría, ni inteligencia, ni consejo existen ante el Señor.


El temer delante de los hombres es un lazo, el que confía en el Señor está seguro.


Ramo de ciprés es mi amor para mí en las viñas de Engadí. Él:


Este hombre se llamaba Nabal, y su mujer, Abigaíl. La mujer era muy sensata y muy hermosa; el hombre, por el contrario, era duro y malo; era calebita.


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