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Lucas 9:41 - Nueva Biblia Española (1975)

Jesús contestó: ¡Gente sin fe y pervertida! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? Tráeme aquí a tu hijo.

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Biblia Reina Valera 1960

Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros, y os he de soportar? Trae acá a tu hijo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—Gente corrupta y sin fe —dijo Jesús—, ¿hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? Entonces le dijo al hombre: —Tráeme a tu hijo aquí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús respondió: 'Gente incrédula y extraviada, ¿hasta cuándo estaré entre ustedes y tendré que soportarlos?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces Jesús respondió y dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa!° ¿Hasta cuándo estaré con vosotros y os soportaré? ¡Trae acá a tu hijo!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Jesús respondió: '¡Oh generación incrédula y pervertida! ¿Hasta cuándo tendré que estar entre vosotros y soportaros? Trae aquí a tu hijo'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros, y os he de soportar? Trae acá tu hijo.

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Lucas 9:41
31 Tagairtí Cros  

El profeta Eliseo se enteró de que el rey de Israel' se había rasgado las vestiduras, y le envió este recado: ¿Por qué te has rasgado las vestiduras? Que venga a mí y verá que hay un profeta en Israel.


para que no imiten a sus padres, generación rebelde y pertinaz; generación de corazón inconstante, de espíritu infiel a Dios.


Moisés y Aarón se presentaron al Faraón y le dijeron: Esto dice el Señor, Dios de los hebreos: ¿Hasta cuándo te negarás a humillarte ante mí y a dejar marchar a mi pueblo para que me rinda culto?


El Señor dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo se negarán ustedes a cumplir mis mandatos y preceptos?


Jerusalén, lava tu corazón de maldades, para salvarte, ¿hasta cuándo anidarán en tu pecho planes criminales?


El Señor dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me despreciará este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todos los signos que he. hecho entre ellos?


¿Hasta cuándo seguirá esta comunidad malvada protestando contra mí? He oído a los israelitas protestar contra mí.


Acérquense a mí todos los que están rendidos y abrumados, que yo les daré respiro.


El les contestó: ¡Una gente perversa e idólatra, y exigiendo señales! Pues señal no se le dará excepto la señal de Jonás profeta.


Entones va a buscarse otros siete espíritus peores que él y se meten a vivir allí, y el final de aquel hombre resulta peor que el principio. Eso mismo le va a suceder a esta gente perversa.


¡Una gente perversa e idólatra y exigiendo señales! Pues señal no se les dará excepto la señal de Jonás. Los dejó plantados y se marchó.


Jesús contestó: ¡Gente sin fe y pervertida! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo los tendré que soportar? Tráiganmelo aquí.


Les aseguro que todo eso va a recaer sobre tal clase de gente.


Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: ¡Raza de víboras!, ¿quién les ha enseñado a ustedes a escapar del castigo inminente?


Al verlo Jesús, les dijo indignado: Dejen que se me acerquen los niños, no se lo impidan, porque los que son como ellos tienen a Dios por Rey.


Jesús se detuvo y dijo: Llámenlo. Llamaron al ciego diciéndole: Animo, levántate, que te llama.


El les contestó: ¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes?, ¿hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo,


Entonces les dijo: ¿Dónde está la fe de ustedes? Ellos comentaban con miedo y admiración: Pero entonces, ¿quién será éste? Da órdenes al viento y al agua, y le obedecen.


He rogado a tus discípulos que lo echen, pero no han sido capaces.


Mientras se acercaba lo derribó el demonio y empezó a retorcerlo: Jesús increpó al espíritu inmundo, curó al niño y se lo devolvió a su padre.


Jesús le contestó: Tanto tiempo como llevo con ustedes y ¿no has llegado a conocerme, Felipe? Quien me ve presente a mí, ve presente al Padre. ¿Cómo dices tú: 'Haz que veamos al Padre'?


Luego se dirigió a Tomás: Trae aquí tu dedo, mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino fiel.


los soportó unos cuarenta años en el desierto,


Les urgía además con otras muchas razones y los exhortaba diciendo: Pónganse a salvo de esta generación corrompida.


¿O es que no das importancia a su inagotable benignidad, a su tolerancia y a su paciencia, sin darte cuenta de que la benignidad de Dios te está empujando a la enmienda?


Hijos degenerados, se portaron mal con él, generación malvada y pervertida.


Y vemos que no pudieron entrar por falta de fe.


Esforcémonos, por tanto, por entrar en ese descanso y nadie caiga siguiendo el ejemplo aquél de rebeldía.


Pues, de hecho, la buena noticia la hemos recibido nosotros lo mismo que aquéllos, pero a ellos no les sirvió de nada oír la palabra porque no se sumaron a los que habían oído.


De ahí que puede también salvar hasta el final a los que por su medio se van acercando a Dios, pues está siempre vivo para interceder por ellos.