Y una concubina, llamada Rauma, también le dio hijos: Tébaj, Gajan, Tajas y Maacá.
Jueces 19:1 - Nueva Biblia Española (1975) Por entonces no había rey en Israel. En la serranía de Efraín vivía un levita que tenía una concubina de Belén de Judá. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 En aquellos días, cuando no había rey en Israel, hubo un levita que moraba como forastero en la parte más remota del monte de Efraín, el cual había tomado para sí mujer concubina de Belén de Judá. Biblia Nueva Traducción Viviente En esos días, Israel no tenía rey. Hubo un hombre de la tribu de Leví que vivía en un lugar remoto de la zona montañosa de Efraín. Cierto día se llevó a su casa a una mujer de Belén de Judá, para que fuera su concubina. Biblia Católica (Latinoamericana) En ese tiempo no había rey en Israel. Un levita que vivía en el extremo de la montaña de Efraín tomó como concubina a una mujer de Belén de Judá. La Biblia Textual 3a Edicion En aquellos días en que no había rey en Israel, sucedió también que cierto varón levita que residía en los confines de la serranía de Efraín, tomó como concubina a una mujer de Bet-léhem de Judá. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por aquel tiempo, cuando aún no había rey en Israel, un levita que residía como forastero en los confines de la montaña de Efraín tomó como concubina a una mujer de Belén de Judá. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció en aquellos días, cuando no había rey en Israel, que hubo un levita que moraba como peregrino en los lados del monte de Efraín, el cual había tomado para sí a una concubina de Belén de Judá. |
Y una concubina, llamada Rauma, también le dio hijos: Tébaj, Gajan, Tajas y Maacá.
mientras que a los hijos de las concubinas les dio legados, y todavía en vida los despachó hacia el país dé Levante, lejos de su hijo.
Entonces le instalaron a Absalón una tienda en la azotea, y se acostó con las concubinas de su padre, a la vista de todo Israel.
Joab fue a palacio y dijo al rey: Tus soldados, que han salvado hoy tu vida y la de tus hijos e hijas, mujeres y concubinas, están hoy avergonzados de ti,
Cuando David llegó a su palacio de Jerusalén, encerró en el harén a las diez concubinas que había dejado al cuidado del palacio; las mantenía, pero no se acostó con ellas; quedaron como viudas de por vida.
Saúl había tenido una concubina llamada Rispa, hija de Aya. Isbaal dijo a Abner: ¿Por qué te has acostado con la concubina de mi padre?
Después que vino de Hebrón, David tomó en Jerusalén otras concubinas y esposas, que le dieron más hijos e hijas.
Roboán quería a Maacá más que a todas sus otras mujeres y concubinas; tuvo dieciocho esposas y setenta concubinas y engendró veinticinco hijos y setenta hijas.
Entraba por la tarde, y a la mañana volvía a un segundo harén, a las órdenes de Sagsegaz, eunuco real, guardián de las concubinas; ya no volvía a presentarse al rey, a no ser que el rey la deseara y la llamara expresamente.
Cuando trajeron los vasos de oro que habían tomado en el templo de Jerusalén, brindaron con ellos el rey y sus nobles, sus mujeres y concubinas.
Uno solo los ha hecho de carne y espíritu, ese uno busca descendencia divina; contrólense para no ser infieles a la esposa de su juventud.
Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que será pastor de mi pueblo, Israel. (Miq 5,l)
Lo enterraron en el término de su heredad, en Timná Séraj, en la serranía de Efraín, al norte del Monte Gaas.
También murió Eleazar, hijo de Aarón. Lo enterraron en Loma, población de su hijo Fineés, que la había recibido en propiedad en la serranía de Efraín.
Por entonces no había rey en Israel. Cada uno hacía lo que le parecía bien.
Un joven de Belén de Judá (de la tribu de Judá), que era levita y residía allí como emigrante,
salió de Belén de Judá con intención de establecerse donde pudiera; fue a la serranía de Efraín, y, de camino, fue a dar a casa de Mica.
Por entonces no había rey en Israel. Entonces también la tribu de Dan andaba en busca de su heredad para establecerse, porque aún no había recibido su heredad entre las tribus de Israel.
Desde allí pasaron la montaña de Efraín y llegaron cerca de la casa de Mica.
Ya de tarde llegó un viejo de su labranza. Era oriundo de Efraín, y, •por tanto, emigrante también él en Loma. Los del pueblo eran benjaminitas.
Ella le fue infiel y se marchó a casa de su padre, a Belén de Judá, y estuvo allí cuatro meses.
Por entonces no había rey en Israel; cada uno hacía lo que le parecía bien.
En cuanto llegó, tocó a rebato en la serranía de Efraín. Los israelitas bajaron de los montes, con él al frente.