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Apocalipsis 2:23 - Nueva Biblia Española (1975)

Alos hijos que tuvo les daré muerte; así sabrán todas las iglesias que yo soy el que escruta corazones y mentes y que les voy a pagar a cada uno de ustedes conforme a sus obras.

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Biblia Reina Valera 1960

Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Heriré de muerte a sus hijos. Entonces todas las iglesias sabrán que yo soy el que examina los pensamientos y las intenciones de cada persona. Y le daré a cada uno de ustedes lo que se merezca.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

A sus hijos los heriré de muerte; así entenderán todas las Iglesias que yo soy el que escudriña el corazón y la mente, dando a cada uno según sus obras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

y a sus hijos mataré con mala muerte,° y todas las iglesias conocerán que Yo soy el que escudriña riñones y corazones,° y os daré a cada uno de vosotros conforme a vuestras obras.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

A sus hijos los mataré sin remisión, y conocerán todas las Iglesias que soy yo quien escruta los corazones y las entrañas. Yo os daré a cada uno de vosotros según sus obras.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y heriré a sus hijos con muerte; y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriño los riñones y los corazones; y daré a cada uno de vosotros según sus obras.

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Apocalipsis 2:23
39 Tagairtí Cros  

¿Qué más puede añadir David en tu honor, si tú conoces a tu siervo?


Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele de todo corazón, con generosidad de espíritu, que el Señor escruta los corazones y penetra todas las intenciones. Si lo buscas, se dejará encontrar; si lo abandonas, te rechazará definitivamente.


Sé, Dios mío, que sondeas el corazón y amas la sinceridad. Con sincero corazón te ofrezco todo esto, y veo con alegría a tu pueblo aquí reunido ofreciéndote sus dones.


si uno cualquiera, o todo tu pueblo, Israel, ante los remordimientos y el dolor, extiende las manos hacia este templo y te dirige oraciones y súplicas,


Dios lo dejaba confiado y seguro, pero sus ojos observaban sus caminos.


Señor, tú me sondeas y me conoces:


Escrútame, Señor; ponme a prueba, aquilata mis entrañas y mi corazón;


¿no lo habría averiguado Dios, él que penetra los secretos del corazón?


'Que tú, Dios, tienes el poder; tú, Señor, la lealtad; que tú pagas a cada uno según sus obras'.


presídela desde lo alto -el Señor es juez de los pueblos-. Júzgame, Señor, según mi rectitud, según mi inocencia, oh Altísimo.


Pero tú, Señor de los ejércitos, juzgas rectamente, sondeas las entrañas y el corazón; a ti he encomendado mi causa, que logre desquitarme de ellos.


Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para pagar al hombre su conducta, lo que merecen sus obras.


Señor de los ejércitos, examinador justo que ves las entrañas y el corazón, que yo vea cómo tomas venganza de ellos, pues a ti encomendé mi causa.


¡Giman, vecinos del Mortero! Que se acabaron los mercaderes, desaparecieron los cambistas.


Además, este Hombre va a venir entre sus ángeles con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según sus acciones.


Jesús les dijo: Ustedes son los que se las dan de intachables ante la gente, pero Dios los conoce por dentro, y ese encumbrarse entre los hombres le repugna a Dios.


Le preguntó por tercera vez: Simón de Juan, ¿me quieres? Pedro se puso triste porque le había preguntado por tercera vez: '¿Me quieres?', y le contestó: Señor, tú lo sabes todo, tú conoces que te quiero. Le dijo Jesús: Lleva mis ovejas a pastar.


El le dijo: Ve a llamar a tu marido y vuelve aquí.


Luego rezaron así: Señor, tú penetras el corazón de todos; muéstranos a cuál de los dos has elegido,


Total, que cada uno de nosotros tendrá que dar cuenta a Dios de sí mismo.


y aquel que examina el corazón conoce la intención del Espíritu, porque éste intercede por los consagrados como Dios quiere.


porque todos tenemos que aparecer como somos ante el tribunal del Mesías, y cada uno recibirá lo suyo, bueno o malo, según se haya portado mientras tenía este cuerpo.


pues cada uno tendrá que cargar con su propio bulto.


Así, todo Israel, al enterarse, escarmentará, y no volverá a cometerse entre los tuyos maldad semejante.


el pueblo escarmentará al enterarse y nadie volverá a obrar con soberbia.


y los demás escarmentarán al enterarse y no volverán a cometer maldad semejante entre los tuyos.


y los hombres efe la ciudad lo apedrearán hasta que muera. Así extirparás la maldad de ti, y todo Israel escarmentará al enterarse.


No hay criatura que escape a su mirada, todo está desnudo y vulnerable a sus ojos, y es a ella a quien habremos de dar cuenta.


Además, si pueden llamar Padre a aquel que juzga imparcialmente las obras de cada uno, condúzcanse con respeto mientras estén aquí de paso;


Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias. El que salga vencedor no será víctima de la muerte segunda.


Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias. Al que salga vencedor le concederé comer del árbol de la vida, que está en el jardín de Dios.


Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante el trono de Dios. Se abrieron unos libros y abrieron luego un libro aparte, el registro de los vivos'. Juzgaron a los muertos por sus obras, según lo escrito en los libros.


EÍ mar entregó sus muertos, la muerte y el abismo entregaron sus muertos, y cada uno de ellos fue juzgado por sus obras.


Voy a llegar en seguida, llevando mi salario para pagar a cada uno conforme a la calidad de su trabajo.


En la visión apareció un caballo amarillento'; el jinete se llamaba 'muerte' y el abismo lo seguía. Les dieron potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, hambre, epidemias y con las fieras salvajes.


Pero el Señor le dijo: No te fijes en las apariencias ni en su buena estatura. Lo rechazo. Porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia. El Señor ve el corazón.