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Apocalipsis 6:8 - Nueva Biblia Española (1975)

8 En la visión apareció un caballo amarillento'; el jinete se llamaba 'muerte' y el abismo lo seguía. Les dieron potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, hambre, epidemias y con las fieras salvajes.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Levanté la vista y vi un caballo de color verde pálido. El jinete se llamaba Muerte y su compañero era la Tumba. A estos dos se les dio autoridad sobre una cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre y con enfermedad y con animales salvajes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Se presentó un caballo verdoso. Al que lo montaba lo llamaban Muerte, y detrás de él iba otro: el Mundo del Abismo. Se le dio poder para exterminar a la cuarta parte de los habitantes de la tierra por medio de la espada, el hambre, la peste y las fieras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Y miré, y he aquí un caballo pálido;° y el que lo montaba tenía por nombre° Muerte, y Hades seguía tras él; y le fue dada autoridad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con pestilencia,° y por las fieras de la tierra.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Miré y apareció un caballo bayo; su jinete tenía por nombre la Peste, y le acompañaba el Hades. Les fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra para matar con espada, con hambre o con peste y con las fieras de la tierra.

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Apocalipsis 6:8
26 Tagairtí Cros  

sus pies bajan a la Muerte y sus pasos se dirigen al Abismo;


y aniquilará la muerte para siempre. El Señor enjugará las lágrimas de todos los rostros y alejará de la tierra entera el oprobio de su pueblo -lo ha dicho el Señor-.


Si ayunan, no escucharé sus gritos; si ofrecen holocaustos y ofrendas, no los aceptaré; con espada, hambre y peste yo los consumiré.


Enviaré muchos pescadores a pescarlos -oráculo del Señor- , detrás enviaré muchos cazadores a cazarlos por montes y valles, por las hendiduras de las rocas.


Morirán de muerte cruel, no serán llorados ni sepultados, serán corno estiércol sobre el campo, acabarán a espada y de hambre, sus cadáveres serán pasto de las aves del cielo y de las bestias de la tierra.


Les enviaré la espada, el hambre y la peste, hasta consumirlos en la tierra que les di a ellos y a sus padres.


Así dice el Señor de los ejércitos: Yo despacharé contra ellos la espada, el hambre y la peste; los trataré como a los higos podridos que no se pueden comer de malos.


Vendrá y herirá a Egipto: el destinado a la muerte, a la muerte; el destinado al cautiverio, al cautiverio; el destinado a la espada, a la espada.


Te arrojaré a la estepa, a ti y a los peces de tu Nilo; yacerás en el páramo, sin que nadie te recoja y te entierre. Te echaré de comida a las fieras de la tierra y a las aves del cielo;


Un tercio de los tuyos morirán de peste . y el hambre los consumirá dentro de ti, un tercio caerá a espada alrededor de ti y un tercio lo esparciré a todos los vientos y lo perseguiré con la espada desnuda.


¿Los libraré del poder del Abismo, los rescataré de la Muerte? ¡Qué plagas las tuyas, oh Muerte, qué pestes las del Abismo!» El consuelo se aparta de mi vista.


Aunque se lance el pérfido, un tipo fanfarrón, nada conseguirá; aunque ensanche las fauces como el abismo y sea insaciable como la muerte; aunque arramble con todos los pueblos y se adueñe de todas las naciones,


del tercero, caballos blancos; del cuarto, caballos píos.


Y tú, Cafarnaún, ¿piensas encumbrarte hasta el cielo? Bajarás al abismo'; porque si en Sodoma se ¡hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy.


Porque se alzará nación contra nación y reino contra reino, habrá hambre y terremotos en diversos lugares,


'Muerte, ¿dónde está tu victoria?, ¿dónde está, muerte, tu aguijón?'.


el que vive. Estuve muerto, pero como ves estoy vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la muerte y del abismo.


Su cola barrió la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó a la tierra. El dragón se quedó delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo cuando naciera.


Quedaron sueltos los cuatro ángeles que estaban reservados para matar en tal hora, día, mes y año a la tercera parte de la humanidad.


Estas tres plagas, es decir, el fuego, el humo y el azufre que echan por la boca, mataron a la tercera parte de la humanidad.


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