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Mateo 16:27 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada persona según lo que haya hecho.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pues el Hijo del Hombre vendrá con sus ángeles en la gloria de su Padre y juzgará a cada persona de acuerdo con sus acciones.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Sepan que el Hijo del Hombre vendrá con la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno según su conducta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Porque el Hijo del Hombre está al venir en la gloria de su Padre con sus ángeles,° y entonces recompensará a cada uno según su conducta.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces dará a cada uno conforme a su conducta.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles; y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.

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Otras versiones



Mateo 16:27
45 Referencias Cruzadas  

El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los malvados y los que hacen que otros también practiquen la maldad.


Así será al fin del mundo. Vendrán los ángeles y apartarán de los justos a los malvados.


»La señal del Hijo del hombre aparecerá en el cielo, y se angustiarán todos los pueblos de la tierra. Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.


»Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, con todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso.


―Tú lo has dicho —respondió Jesús—. Pero yo les digo a todos: De ahora en adelante ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso y viniendo sobre las nubes del cielo.


―Las zorras tienen cuevas y las aves tienen nidos —le respondió Jesús—. Pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza.


―Sí, yo soy —dijo Jesús—. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso y viniendo sobre las nubes del cielo.


Quizá haya alguien que se avergüence de mí y de mis palabras en medio de esta gente infiel y pecadora. Si es así, el Hijo del hombre se avergonzará de esa persona cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.


Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con poder y gran gloria.


Pero de ahora en adelante el Hijo del hombre estará sentado a la derecha del Dios Todopoderoso.


Quizá haya alguien que se avergüence de mí y de mis palabras. Si es así, el Hijo del hombre se avergonzará de esa persona cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.


Jesús le dijo: ―Si quiero que él permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti, qué? Tú sígueme no más.


Por este motivo corrió entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no dijo que no moriría, sino solamente: «Si quiero que él permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti, qué?».


que les dijeron: ―Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse.


Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas ante Dios.


Porque Dios «le dará a cada uno lo que se merece, según lo que haya hecho».


Y lo haremos siguiendo el orden establecido: Cristo, que ha sido el primero en resucitar; después, cuando él venga, resucitarán todos los que le pertenecen.


Pero sus acciones serán puestas a prueba en el día del juicio, y así se sabrá si fueron buenas o malas enseñanzas. El fuego revela la calidad de los materiales y del trabajo de cada uno.


Pero lo que comemos no nos acerca a Dios. No somos mejores por comer ni peores por no comer.


Pues es necesario que todos nos presentemos ante el tribunal de Cristo. Allí cada uno recibirá lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo.


Pues deben saber que el Señor recompensará a cada uno por el bien que haya hecho, sea esclavo o sea libre.


El que hace el mal será castigado por su propia maldad, y en esto no hay favoritismos.


Nos contaron que ahora esperan que Jesús regrese del cielo. Dios fue quien resucitó a su Hijo, y su Hijo nos libra del castigo que vendrá sobre los pecadores.


El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando y con voz de arcángel. Dios hará sonar la trompeta anunciando su venida, y los que hayan muerto creyendo en Cristo resucitarán primero.


Por tanto, hermanos en la fe, tengan paciencia hasta la venida del Señor. Miren cómo espera el agricultor a que la tierra dé su precioso fruto. Por eso, con paciencia aguarda las lluvias de otoño y primavera.


Ustedes llaman Padre al Dios que juzga por igual las acciones de cada uno. Por eso deben ser humildes y obedientes mientras vivan en este mundo como si fueran extranjeros.


Y ahora, queridos hijos en la fe, sigan confiando en Cristo. Así, cuando él regrese, podremos presentarnos ante él confiadamente. Estaremos seguros de no ser avergonzados cuando él venga.


También Enoc, nuestro séptimo antepasado a partir de Adán, profetizó acerca de ellos: «Miren, el Señor viene con una gran cantidad de sus ángeles


¡Miren! Cristo viene en las nubes. Todos lo verán con sus propios ojos, incluso quienes lo mataron. Todos los pueblos de la tierra llorarán por él. ¡Así será! Amén.


A los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo soy el que conoce a fondo la mente y el corazón. A cada uno de ustedes lo trataré de acuerdo con sus acciones.


Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron unos libros. Luego se abrió otro libro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según lo que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros.