2 Corintios 5 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)Nuestro nuevo cuerpo 1 Nuestro cuerpo es como una tienda de campaña. Bien sabemos que, si esta tienda se destruye, Dios nos dará en el cielo un cuerpo mejor. Será un cuerpo parecido a un edificio, una casa eterna, no construida por manos humanas. 2 Mientras tanto, suspiramos con el deseo de ya vivir en nuestra casa del cielo. 3 Así, cuando se nos dé ese cuerpo nuevo, no quedaremos desnudos. 4 Ahora vivimos en este cuerpo, suspirando y preocupados, pues no queremos que ese cuerpo sea destruido. Más bien quisiéramos que el cuerpo fuera cambiado por el nuevo. Así el cuerpo no tendría que morir, sino que le sería dada la vida eterna. 5 Es Dios quien nos ha preparado para esto y nos ha dado su Espíritu como garantía de que así lo hará. 6 Por eso no dejamos de confiar, aunque sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos alejados del Señor. 7 Vivimos creyendo que Dios nos dará ese nuevo cuerpo, aunque ahora no lo veamos. 8 Así que nos mantenemos confiados, y preferiríamos dejar ya este cuerpo y vivir junto al Señor. 9 Por eso, ya sea que vivamos en nuestro cuerpo o que lo hayamos dejado, nos esforzamos en obedecer al Señor. 10 Pues es necesario que todos nos presentemos ante el tribunal de Cristo. Allí cada uno recibirá lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo. El mensaje de la reconciliación 11 Por tanto, ya que sabemos lo que es respetar al Señor, tratamos de convencer a todos, para que crean en él. Dios sabe muy bien cómo somos, y espero que también ustedes en su conciencia lo sepan. 12 No queremos hablar bien de nosotros mismos ante ustedes, sino darles una oportunidad de sentirse orgullosos de nosotros. Así sabrán cómo responder a los que se dejan llevar por las apariencias y no por lo que hay dentro del corazón. 13 Si estamos locos, es porque amamos a Dios; y, si estamos cuerdos, es por ayudarlos a ustedes. 14 El amor de Cristo nos domina. Porque estamos convencidos de que él sufrió la muerte que todos merecíamos, y para Dios todos hemos muerto. 15 Él murió por todos, para que nosotros ya no vivamos para nosotros mismos, sino para Cristo, que murió y resucitó por nosotros. 16 Así que de ahora en adelante no valoramos a nadie siguiendo criterios humanos. Antes valorábamos a Cristo de esa manera, pero ya no lo hacemos así. 17 Por lo tanto, si alguno está unido a Cristo, es una nueva creación. ¡Nuestra vieja manera de vivir quedó en el pasado, ahora somos nuevas personas! 18 Todo esto lo ha hecho Dios. Él nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo y nos dio la tarea de anunciar este mensaje de reconciliación. 19 Un mensaje que le dice al mundo que Dios envió a Cristo para reconciliarnos con él. Nuestros pecados fueron perdonados, y se nos encargó la predicación de este mensaje de reconciliación. 20 Así que somos representantes de Cristo. Como si Dios les llamara la atención a ustedes por medio de nosotros. Por eso les rogamos, en nombre de Cristo, que se reconcilien con Dios. 21 Cristo no cometió pecado alguno, pero, por amor a nosotros, Dios lo trató como pecador, para declararnos justos por medio de Cristo. |
Nueva Versión Internacional Simplificada
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