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Hechos 4:32 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Todos los creyentes estaban unidos de corazón y en espíritu. Consideraban que sus posesiones no eran propias, así que compartían todo lo que tenían.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

La multitud de los fieles tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba como propios sus bienes, sino que todo lo tenían en común.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Uno solo era el corazón y el alma de la multitud de los que creyeron,° y ni uno solo decía ser suyo propio algo de lo que poseía,° sino que tenían todas las cosas en común.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Uno era el corazón y una el alma de la muchedumbre de los que habían creído, y nadie consideraba propio nada de lo que poseía, sino que todo lo tenían en común.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.

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Otras versiones



Hechos 4:32
21 Referencias Cruzadas  

Ya no voy a estar por más tiempo en el mundo. Pero ellos están todavía en el mundo, y yo vuelvo a ti. »Padre santo, protégelos con el poder de tu nombre. Sí, con el nombre que me diste, para que sean uno, lo mismo que nosotros.


Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración. Se reunían con los hermanos de Jesús, María su madre y otras mujeres.


Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar.


Por medio de los apóstoles ocurrían muchos milagros y maravillas entre el pueblo. Y todos los creyentes se reunían de común acuerdo en las afueras del Templo, en la entrada a la puerta de Salomón.


Así también nosotros, aunque somos muchos, formamos una unidad gracias a Cristo. Y cada uno de nosotros está unido a todos los demás.


Hermanos en la fe, les suplico en el nombre de nuestro Señor Jesucristo que todos vivan en armonía. No permitan que haya divisiones entre ustedes. Pónganse de acuerdo en todo lo que piensan y quieren hacer.


En fin, hermanos en la fe, alégrense, traten de que su fe sea cada vez más fuerte. Hagan caso de mi consejo, traten de estar de acuerdo en todo, vivan en paz. Y el Dios de amor y de paz estará con ustedes.


Pase lo que pase, pórtense bien, como lo enseña el mensaje de Cristo. De este modo, ya sea que vaya a verlos o no, quiero recibir buenas noticias de ustedes. Quiero escuchar que siguen firmes y unidos, luchando juntos para que otros crean en la buena noticia de Cristo.


En fin, vivan en armonía los unos con los otros. Compartan penas y alegrías, amen a sus hermanos en la fe, sean compasivos y humildes.


El que habla, hágalo como quien habla de parte de Dios mismo; el que presta algún servicio, hágalo con el poder que Dios le da. Así Dios será en todo alabado por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria y el poder para siempre. Amén.