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Hechos 4:31 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

31 Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y predicaban la palabra de Dios sin ningún temor.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 Después de esta oración, el lugar donde estaban reunidos tembló y todos fueron llenos del Espíritu Santo. Y predicaban con valentía la palabra de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 Terminada la oración, tembló el lugar donde estaban reunidos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a anunciar con valentía la Palabra de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 Y cuando ellos oraron, el lugar en que estaban congregados tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 Mientras así oraban, retembló el lugar donde estaban reunidos y, llenos todos del Espíritu Santo, proclamaban con valentía la palabra de Dios.

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Hechos 4:31
17 Referencias Cruzadas  

Si ustedes creen, recibirán todo lo que pidan en oración.


Les aseguro que el que cree en mí, las obras que yo hago también él las hará. Y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre.


No me eligieron ustedes a mí, sino que yo los elegí a ustedes. Y les encargué que vayan y den mucho fruto, un fruto que permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.


Si permanecen en mí y mis enseñanzas permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá.


En todo caso, Pablo y Bernabé pasaron allí bastante tiempo. Hablaban valientemente en el nombre del Señor, quien confirmaba el mensaje de su inmerecido amor. Lo confirmaba haciendo milagros y maravillas por medio de ellos.


Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar.


De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento que llenó toda la casa donde estaban reunidos.


Todos fueron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les indicaba que hablaran.


Pedro y Juan eran personas sin estudios ni preparación. Por eso, al ver la valentía con que ellos hablaban, los gobernantes se quedaron asombrados. Reconocieron que habían estado con Jesús.


Ahora, Señor, toma en cuenta sus amenazas. Y permite a tus siervos el anunciar tu palabra sin ningún temor.


Gracias a mis cadenas, ahora la mayoría de los hermanos en la fe tienen más confianza en el Señor y se han atrevido a anunciar sin temor el mensaje.


Tengo el gran deseo y la firme confianza de que en nada seré avergonzado. Al contrario, ya sea que yo viva o muera, ahora y siempre quiero ser valiente, para que Cristo sea grandemente alabado por medio de mí.


Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará. Pues Dios la da a todos generosamente y sin reclamar nada.


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