Algunos pocos pasajes son difíciles, pero la gran mayoría de la Biblia es fácil de entender. Con los años he encontrado lo acertado de ambas apreciaciones: la Biblia es fácil de entender, pero cuando algo es difícil… suele ser bien difícil determinar su significado. Afortunadamente, 99% de la Palabra no es complicada… y debemos obedecerla. La claridad de la Biblia afirma que la palabra de Dios es clara y sencilla en lo que comunica para que toda persona pueda comprenderla. Sin embargo, los creyentes nos hemos encontrado en ocasiones con algunos textos que encierran una medida de oscuridad y dificultad para entenderlos. Y aunque hoy día gozamos de varios comentarios bíblicos y textos de referencia que nos pueden arrojar mucha luz, aun los mismos teólogos reconocen cierta dificultad de algunos pasajes de las Escrituras. Con la ayuda de Dios y de estudios que podemos encontrar en el internet, lograremos comprender esos versículos difíciles, Dios nos dará la sabiduría para comprender.
Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios.
Entonces respondiendo Jesús, les dijo: ¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios?
Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.
la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
Porque aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones.
Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya; mas ellos no lo habían entendido así.
Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.
Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.
Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.
Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.