Génesis 30 - Nueva Biblia Española (1975)1 Vio Raquel que no daba hijos a Jacob, y envidiosa de su hermana, dijo a Jacob: O me das hijos o me muero. 2 Jacob se enfadó con Raquel, y le dijo: ¿Soy yo Dios para negarte los hijos del vientre? 3 Ella replicó: Ahí tienes a mi sierva Bilha: únete a ella, para que dé a luz en mi regazo; así tendré hijos por ella. 4 Y le dio a su sierva Bilha por mujer. Y Jacob se unió a ella. 5 Bilha concibió y dio un hijo a Jacob. 6 Raquel dijo: Dios me ha hecho justicia', ha escuchado mi voz y me ha dado un hijo. Por eso lo llamó Dan. 7 Volvió a concebir Bilha, la sierva de Raquel, y dio otro hijo a Jacob. 8 Raquel dijo: Dios me ha hecho competí/ con mi hermana y la he vencido. Y lo llamó Neftalí. 9 Viendo Lía que había cesado de dar a luz, tomó a su sierva Zilpa y se la dio a Jacob por mujer. 10 Zilpa, sierva de Lía, dio un hijo a Jacob. 11 Dijo Lía: ¡Qué suerte! Y lo llamó Gad. 12 Zilpa, sierva de Lía, dio un segundo hijo a Jacob. 13 Y Lía dijo: ¡Qué felicidad'! Las mujeres me felicitarán. Y lo llamó Aser. 14 Un día, durante la siega del trigo, Rubén salió al campo y encontró unas mandrágoras y se las trajo a Lía, su madre. Raquel dijo a Lía: Dame algunas mandrágoras de tu hijo. 15 Lia respondió: ¿Te parece poco quitarme mi marido, que quieres quitarme también las mandrágoras de mi hijo? Raquel respondió: que duerma contigo esta noche a cambio de las mandrágoras de tu hijo. 16 Cuando Jacob volvía del campo, por la tarde, le salió Lía al encuentro y le dijo: Dormirás conmigo, pues he pagado por ti con las mandrágoras de mi hijo. Y él se acostó con ella aquella noche. 17 Dios escuchó a Lia, y ella concibió y dio a Jacob otro hijo, el quinto, 18 y ella dijo: Dios me ha pagado el haberle yo dado mi sierva a mi marido. Y llamó al niño Isacar. 19 Volvió a concebir Lía, y dio a luz otro hijo, el sexto, 20 y dijo: Dios me ha hecho un gran regalo; ahora ya dominaré a mi marido, pues le he dado seis hijos. Y lo llamó Zabulón. 21 Después dio a luz una niña, y la llamó Dina. 22 Dios se acordó de Raquel, la escuchó y la hizo fecunda; 23 ella concibió y dio a luz un hijo, y dijo: Dios ha retirado mi deshonra. 24 Y llamó al niño José, diciendo: El Señor me dé otro. 25 Cuando Raquel dio a luz a José, Jacob dijo a Labán: Déjanos marchar a nuestro lugar y nuestro país; 26 dame las mujeres por las que te he servido y los hijos, y me marcharé, pues tú sabes lo mucho que te he servido. 27 Labán le respondió: Escucha, por favor: he sabido por un oráculo que el Señor me ha bendecido por tu causa; 28 señala tu salario y te lo pagaré. 29 Le contestó: Sabes cuánto te he servido y cómo le ha ido conmigo a tu ganado. 30 Lo poco que tenías antes ha crecido inmensamente, porque el Señor te ha bendecido por mi causa; es hora de que haga algo también por mi familia. 31 Le preguntó: ¿Cuánto quieres que te dé? Respondió Jacob: No me des nada, sólo haz lo siguiente; yo volveré a pastorear y guardar el rebaño; 32 pasa hoy por todo el rebaño y aparta todas las ovejas oscuras y todos los cabritos manchados: ése será mi salario. 33 Y así mañana, cuando llegue el momento de pagarme, mi honradez quedará en claro; si encuentras en mi rebaño algún cabrito no manchado o alguna cordera no oscura, es que los he robado. 34 Dijo Labán: Está bien, como tú dices. 35 Pero el mismo día apartó todos los cabritos rayados o manchados y todas las cabras manchadas o con manchas blancas y todas las o vejas oscuras, y se las confió a sus hijos. 36 Y se alejó de Jacob a una distancia de tres jornadas, mientras Jacob pastoreaba el resto del rebaño. 37 Jacob tomó varas frescas de chopo, almendro y plátano, peló en ellas tiras blancas, descubriendo lo blanco de las varas, 38 y colocó las varas peladas en los abrevaderos frente al ganado, donde las ovejas solían beber agua, para que los machos las cubrieran cuando venían a beber. 39 En efecto, las cubrían frente a las varas, y las cabras parían crías rayadas o manchadas. 40 Jacob apartó las ovejas y las apareó con machos oscuros o rayados, y mantuvo separado su rebaño sin mezclarlo con el de Labán. 41 Cuando los animales más fuertes cubrían, colocaba las varas frente al ganado en el abrevadero, para que cubrieran frente a las varas. 42 Cuando los animales eran flojos, no lo hacía. Y así se fue quedando Labán con los flojos y Jacob con los fuertes. 43 De este modo se enriqueció muchísimo; tenía muchos rebaños, siervos y siervas, camellos y burros. |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.