2 Samuel 7 - Nueva Biblia Española (1975)1 Cuando David se estableció en su casa y el Señor le dio paz con sus enemigos de alrededor, 2 dijo el rey al profeta Natán: Mira, yo estoy viviendo en una casa de cedro, mientras el arca de Dios vive en una tienda. 3 Natán le respondió: Anda, haz lo que tienes pensado, que el Señor está contigo. 4 Pero aquella noche recibió Natán esta palabra del Señor: 5 Ve a decir a mi siervo David: Así dice el Señor: '¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? 6 Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta hoy no he habitado en una casa, sino que he viajado de acá para allá en una tienda que me servía de santuario. 7 Y en todo el tiempo que viajé de acá para allá con los israelitas, ¿encargué acaso a algún juez de Israel, a los que mandé pastorear a mi pueblo, Israel, que me construyera una casa de cedro?'. 8 Pues bien, di esto a mi siervo David: Así dice el Señor de los ejércitos: 'Yo te saqué de los apriscos, de andar tras ovejas, para ser jefe de mi pueblo, Israel. 9 Yo he estado contigo en todas tus empresas; he aniquilado a todos tus enemigos; te haré famoso como a los más famosos de la tierra; 10 daré un puesto a mi pueblo, Israel: lo plantaré, para que viva en él sin sobresaltos, sin que vuelvan a humillarlo los malvados como antaño, 11 cuando nombré jueces en mi pueblo, Israel; te daré paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. 12 Y cuando hayas llegado al término de tu vida y descanses con tus antepasados, estableceré después de ti a una descendencia tuya, nacida de tus entrañas, y consolidaré tu reino. 13 El edificará un templo en mi honor y yo consolidaré su trono real para siempre. 14 Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo; si se tuerce, lo corregiré con varas y golpes, como suelen los hombres; 15 pero no le retiraré mi lealtad como se la retiré a Saúl, al que aparté de mi presencia. 16 Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre'. 17 Natán comunicó a David toda la visión y todas estas palabras. 18 Entonces el rey David fue a presentarse ante el Señor, y dijo: ¿Quién soy yo, mi Señor, y qué es mi familia para que me hayas hecho llegar hasta aquí? 19 ¡Y por si fuera poco para ti, mi Señor, has hecho a la casa de tu siervo una promesa para el futuro, mientras existan hombres, mi Señor! 20 ¿Qué más puede añadirte 21 David, si tú, mi Señor, conoces a tu siervo? Por tu palabra, y según tus designios, has sido magnánimo con tu siervo, revelándole estas cosas. 22 Por eso eres grande, mi Señor, como hemos oído; no hay nadie como tú, no hay Dios fuera de ti. 23 ¿Y qué nación hay en el mundo como tu pueblo, Israel, a quien Dios ha venido a librar para hacerlo suyo, y a darle renombre, y a hacer prodigios terribles en su favor, expulsando a las naciones y a sus dioses ante el pueblo que libraste de Egipto? 24 Has establecido a tu pueblo, Israel, como pueblo tuyo para siempre, y tú, Señor, eres su Dios. 25 Ahora, pues, Señor Dios, mantén siempre la promesa que has hecho a tu siervo y su familia, cumple tu palabra. 26 Que tu nombre sea siempre famoso. Que digan: '¡El Señor de los ejércitos es Dios de Israel!'. Y que la casa de tu siervo David permanezca en tu presencia. 27 Tú, Señor de los ejércitos, Dios de Israel, has hecho a tu siervo esta revelación: 'Te edificaré una casa'; por eso tu siervo se ha atrevido a dirigirte esta plegaria. 28 Ahora, mi Señor, tú eres el Dios verdadero, tus palabras son dignas de fe, y has hecho esta promesa a tu siervo. 29 Dígnate, pues, bendecir a la casa de tu siervo, para que esté siempre en tu presencia; ya que tú, mi Señor, lo has dicho, sea siempre bendita la casa de tu siervo. |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.