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2 Samuel 7:25 - Nueva Biblia Española (1975)

25 Ahora, pues, Señor Dios, mantén siempre la promesa que has hecho a tu siervo y su familia, cumple tu palabra.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Ahora pues, Jehová Dios, confirma para siempre la palabra que has hablado sobre tu siervo y sobre su casa, y haz conforme a lo que has dicho.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 »Y ahora, oh Señor Dios, yo soy tu siervo; haz lo que prometiste respecto a mí y a mi familia. Confírmalo como una promesa que durará para siempre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Ahora pues, Señor Yavé, haz que sea siempre cierta la palabra que acabas de pronunciar respecto a tu servidor y a su familia; haz lo que dijiste.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Ahora pues, YHVH ’Elohim, confirma para siempre la palabra que has hablado acerca de tu siervo y de su casa, y haz como Tú has dicho.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Ahora, pues, Yahveh Dios, mantén por siempre la palabra que has empeñado en favor de tu siervo y de su casa, y haz conforme a lo que has hablado.

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2 Samuel 7:25
11 Tagairtí Cros  

Tú me dijiste: Te daré bienes, haré tu descendencia como la arena innumerable de la playa'.


Has establecido a tu pueblo, Israel, como pueblo tuyo para siempre, y tú, Señor, eres su Dios.


Que tu nombre sea siempre famoso. Que digan: '¡El Señor de los ejércitos es Dios de Israel!'. Y que la casa de tu siervo David permanezca en tu presencia.


para que el Señor cumpla la promesa que me hizo: 'Si tus hijos saben comportarse, procediendo sinceramente de acuerdo conmigo, con todo el corazón y con toda el alma, no te faltará un descendiente en el trono de Israel'.


Ahora, pues, Dios de Israel, confirma la promesa que hiciste a mi padre, David, siervo tuyo.


Ahora, pues, Señor, Dios de Israel, mantén en favor de tu siervo, mi padre, David, ¡a promesa que le hiciste:


cumple a tu siervo la promesa que hiciste a tus fieles;


Recuerda la palabra que diste a tu siervo, de la que hiciste mi esperanza;


Esto dice el Señor: Me dejaré suplicar por la casa de Israel y le concederé esto: acrecentaré su población como un rebaño.


Su marido, Elcaná, le respondió: Haz lo que te parezca mejor; quédate hasta que dejes de darle el pecho. Y que el Señor te conceda cumplir tu promesa. Ana se quedó en casa y crió a su hijo


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