“En la ciudad de David, hoy ha nacido el Salvador. ¡Es el Mesías, el Cristo, el Señor!”
Tito 1:4 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia A Tito, mi verdadero hijo en la fe que compartimos: gracia y paz de parte de Dios Padre y de nuestro Salvador Jesucristo. La gracia nos permite vivir la vida de Dios en Cristo Jesús y la paz que se fundamenta en la justicia. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 a Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador. Biblia Nueva Traducción Viviente Le escribo a Tito, mi verdadero hijo en la fe que compartimos. Que Dios Padre y Cristo Jesús nuestro Salvador te den gracia y paz. Biblia Católica (Latinoamericana) Te saludo, Tito, verdadero hijo mío en la fe que compartimos: recibe gracia y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Salvador. La Biblia Textual 3a Edicion A Tito,° genuino hijo en nuestra común fe.° Gracia° y paz de Dios Padre y de Jesús el Mesías, nuestro Salvador. Biblia Serafín de Ausejo 1975 a Tito, auténtico hijo en la fe que nos es común: gracia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Salvador. Biblia Reina Valera Gómez (2023) a Tito, mi verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador. |
“En la ciudad de David, hoy ha nacido el Salvador. ¡Es el Mesías, el Cristo, el Señor!”
y le decían a la mujer: – Ya no creemos solamente por tu palabra, nosotros también lo hemos escuchado, y estamos convencidos de que Él es el verdadero Salvador del mundo.
es decir, espero poder estar con ustedes para que juntos podamos consolarnos y apoyarnos mutuamente en la fe que tenemos; su fe me ayudará a mí y mi fe los ayudará a ustedes.
Les escribo a todos los amados de Dios que están en Roma, que han sido llamados a ser su pueblo santo: Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo y paz, que se fundamenta en la justicia.
Le pedí a Tito que los visitara, y junto con él envié al hermano que ustedes conocen. ¿Acaso Tito se aprovechó de ustedes? ¿No procedimos los dos con el mismo espíritu y seguimos el mismo camino?
pero no sentía paz en mi espíritu porque no encontré a mi hermano Tito y preferí entonces, despedirme e irme para Macedonia.
Escrito está: “Creí y por eso hablé”; con ese mismo espíritu de fe por identidad, también nosotros creemos y por eso hablamos.
Pero Dios, que consuela a los que están desanimados, nos consoló con la llegada de Tito;
¡Gracias a Dios que Tito se preocupa por ayudarlos a ustedes tanto como yo!
En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador en el servicio a ustedes; y en cuanto a los otros hermanos, son enviados de las iglesias, y también honran a Cristo.
De modo que pedimos a Tito que llevara a feliz término esta obra de gracia, es decir, recoger esta bondadosa ofrenda entre ustedes, puesto que él ya la había comenzado.
Ellos no obligaron a nadie a circuncidarse; ni siquiera a Tito que me acompañaba y no era judío.
Porque que todos ustedes son hijos de Dios, mediante la fe en Jesucristo;
Así que ya no importa si son judíos o no, si son esclavos o libres, o si son hombres o mujeres, si están unidos a Jesucristo, todos son iguales.
que la gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo Jesús, y la paz, que se fundamenta en la práctica de la justica, que provienen de Dios y de Jesucristo, sean parte de la naturaleza cristiana de ustedes.
a ustedes, hermanos en Cristo que están en Colosas y buscan vivir una vida de santidad siendo fieles a Dios: gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo y paz, que se fundamenta en la justicia, de parte de Dios nuestro Padre.
Doy gracias a Cristo Jesús, mi Señor, que me dio la oportunidad de dedicar mi vida al servicio del Evangelio, ya que me considera un fiel seguidor de su Palabra.
Pablo, apóstol de Jesucristo, mediante la voluntad de Dios, según la promesa de vida que nos dio Cristo Jesús,
a Timoteo, hijo amado: gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo; misericordia, que es poner el corazón en la miseria del otro y paz, que se fundamenta en la justicia, de parte de Dios padre y de nuestro Señor Jesucristo.
porque Demas me ha abandonado, se enamoró de este mundo y se fue a Tesalónica. Crescente se fue a Galacia y Tito a Dalmacia.
Él mismo me ha confiado la proclamación de su Palabra la cual se ha manifestado y revelado en la historia de la humanidad, en el tiempo de Dios, que es un presente eterno, anunciada conforme al mandato de nuestro Salvador Jesucristo, quien es Dios.
Aguardando la maravillosa esperanza y la manifestación de la poderosa gloria de Dios y de nuestro salvador Jesucristo,
Simón Pedro, servidor y apóstol de Jesucristo, para los que han vivido una valiosa fe por identidad en Cristo, como la nuestra, mediante la justificación de Dios en nuestro Salvador Jesucristo:
Así tendrán asegurada grandiosamente la entrada en el reino de nuestro Señor y Salvador Jesucristo para siempre.
Estas personas en el pasado se escaparon de las contaminaciones del mundo por el conocimiento íntimo de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, pero volvieron a caer por las contaminaciones pecaminosas del pasado, y ahora su condición de pecado es peor que antes.
Crezcan en la gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo y en el conocimiento íntimo de nuestro Señor y Salvador Jesucristo; a Él sea la gloria, ahora y por toda la eternidad, amén.
y para que siempre recuerden las palabras pronunciadas por los santos profetas y apóstoles, recalcando el mandamiento del Señor y Salvador.
Esta es la confianza que tenemos en Jesucristo: si le pedimos algo conforme a su voluntad, Él siempre nos escucha.
Amados, escribo urgentemente a todos ustedes, dignos de gran estima. Mi anhelo de escribirles es sobre lo que nos une, que es nuestra salvación, no solamente es del alma, sino que también implica una sanidad física y emocional. Tuve la necesidad de escribirles para animarlos a luchar fuertemente y defender de una vez por todas la fe por identidad en Cristo Jesús, enseñada a los santos.