Jesús le respondió: – Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, y unos ladrones lo asaltaron, le robaron sus pertenencias, le quitaron la ropa, además lo golpearon fuertemente hasta herirlo gravemente y se fueron dejándolo casi muerto.
Lucas 19:28 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Después de decir esto, Jesús siguió su camino hacia Jerusalén. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Dicho esto, iba delante subiendo a Jerusalén. Biblia Nueva Traducción Viviente Después de contar esa historia, Jesús siguió rumbo a Jerusalén, caminando delante de sus discípulos. Biblia Católica (Latinoamericana) Dicho esto, Jesús pasó adelante y emprendió la subida hacia Jerusalén. La Biblia Textual 3a Edicion Y habiendo dicho esto, seguía adelante subiendo a Jerusalem. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando acabó de decir estas cosas, caminaba a la cabeza, subiendo a Jerusalén. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dicho esto, iba delante subiendo a Jerusalén. |
Jesús le respondió: – Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, y unos ladrones lo asaltaron, le robaron sus pertenencias, le quitaron la ropa, además lo golpearon fuertemente hasta herirlo gravemente y se fueron dejándolo casi muerto.
Pero primero tengo que pasar por un bautismo, la prueba de la muerte y de la sepultura, tendré que sumergirme para después ser levantado, y vivo esta angustia hasta que se cumpla ese momento.
Jesús dijo a los doce: – Estamos subiendo a Jerusalén y se cumplirá todo lo que ha sido escrito por los profetas respecto del Hijo del Hombre:
Cuando se iban cumpliendo los días en que Jesús tendría que consumar su misión en la cruz, decididamente emprendió su viaje hacia Jerusalén.
En aquel momento Jesús le ordenó a Pedro: – Mete la espada al estuche; la copa que me ha dado el Padre, ¿acaso no la puedo beber?
Fijando la mirada en el autor y perfeccionador de nuestra fe, Jesús, el mejor ejemplo de fe, que miró el dolor con los ojos de la fe para redención, soportando la cruz y el maltrato, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
Pues si Cristo sufrió en la carne y la resistió, ustedes también, ármense con un pensamiento fuerte y una buena actitud para vencer a la carne, pues el que ha sufrido en la carne y la ha vencido, ha terminado con el pecado.