Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Juan 21:7 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

Dijo el discípulo amado a Pedro: – ¡Es el Señor! Entonces Simón Pedro, al oír que era el Señor, se puso la ropa, ya que se la había quitado para trabajar, y se arrojó al mar.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces el discípulo a quien Jesús amaba le dijo a Pedro: «¡Es el Señor!». Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se puso la túnica (porque se la había quitado para trabajar), se tiró al agua y se dirigió hacia la orilla.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

El discípulo al que Jesús amaba dijo a Simón Pedro: 'Es el Señor.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba, dice a Pedro: ¡Es el Señor! Cuando Simón Pedro oyó: Es el Señor, se ciñó la ropa (porque estaba desnudo),° y se echó al mar.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dice entonces a Pedro el discípulo aquel a quien amaba Jesús: '¡Es el Señor!'. Al oír Simón Pedro: '¡Es el Señor!', se puso la túnica, pues estaba desnudo, y se echó al agua.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces aquel discípulo, a quien Jesús amaba, dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Y cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó su túnica de pescador (porque estaba desnudo), y se echó al mar.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Juan 21:7
20 Tagairtí Cros  

Y si alguien les pregunta: “¿Por qué hacen esto?”, ustedes contesten: “El Señor lo necesita, y después que lo use, lo devolverá”.


¡Estén listos! Bien vestidos y con sus lámparas encendidas;


“En la ciudad de David, hoy ha nacido el Salvador. ¡Es el Mesías, el Cristo, el Señor!”


Por eso te digo que los muchos pecados de ella han sido perdonados, por lo cual ahora me demostró mucho amor; pues al que poco se le perdona, poco amor demuestra.


Uno de los discípulos estaba reclinado en el hombro de Jesús, era un discípulo muy amado por el Maestro.


Viendo Jesús a su madre y a su discípulo amado, que estaba presente, le dijo a su madre: – ¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!


Corrió a donde estaban Simón Pedro y el discípulo a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado el cuerpo del Señor del sepulcro, y no sabemos dónde lo han puesto”.


Habiendo dicho esto, mostró sus manos y su costado a sus discípulos; ellos se alegraron mucho de ver al Señor.


Tomás contestó: – ¡Señor mío, y Dios mío!


Volviéndose Pedro, vio al discípulo amado que lo seguía, el mismo que puso su cabeza en el hombro de Jesús, y el que le había preguntado a Jesús: – ¿Señor, quién es el que te va a entregar?


Este discípulo amado es el que testifica todas estas cosas, y el que escribió este libro, y sabemos que su testimonio es verdadero.


Los otros discípulos llegaron en la barca, arrastrando la red llena de peces; no estaban lejos de la orilla, sino como a cien metros.


Dios anunció a los hijos de Israel un mensaje que transforma toda la existencia humana para fundamentar la paz, a través de Jesucristo, Él es el Señor de todos.


Pueblo de Israel, estén seguros de que deben reconocer que a este Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo estableció como Señor y Mesías.


El primer hombre fue hecho del polvo de la tierra; en cambio, el segundo hombre viene del cielo.


Porque el amor sacrificial de Cristo nos hace reflexionar, pues estamos convencidos de que uno murió por todos y por consiguiente todos murieron;


Mis hermanos, vivan una auténtica fe por identidad en nuestro glorioso Señor Jesucristo que se demuestre en la práctica, no discriminando a las personas ni por raza ni por posición social ni por género ni por ningún otro tipo de prejuicio, no hagan acepción de personas.