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Juan 20:20 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

20 Habiendo dicho esto, mostró sus manos y su costado a sus discípulos; ellos se alegraron mucho de ver al Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Mientras hablaba, les mostró las heridas de sus manos y su costado. ¡Ellos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron mucho al ver al Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Y habiendo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Entonces los discípulos, al ver al Señor, se regocijaron.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Y dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Y habiendo dicho esto, les mostró sus manos y su costado. Entonces los discípulos se regocijaron viendo al Señor.

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Juan 20:20
9 Tagairtí Cros  

Entonces ellas se fueron pronto de la tumba con temor y gran alegría; corrieron para comunicar la buena noticia a los discípulos.


En verdad, en verdad les digo que ustedes llorarán y se lamentarán, pero el mundo se alegrará; ustedes se entristecerán, pero la tristeza de ustedes se convertirá en alegría.


Lo mismo les pasa a ustedes, ahora tienen tristeza, pero después los veré de nuevo, y sus corazones se alegrarán, y la auténtica alegría de ustedes nadie se las podrá quitar.


Uno de los soldados, con su lanza, traspasó el costado de Jesús, e inmediatamente salió sangre y agua.


Los discípulos le dijeron a Tomás: – ¡Hemos visto al Señor!; pero Tomás les dijo: – A menos que vea las marcas de los clavos en sus manos, meta mi dedo en el lugar de los clavos y además introduzca mi mano en su costado, de ningún modo creeré.


Jesús habló a Tomás: – Trae tu dedo acá, y mira mis manos, muéstrame tu mano y métela en mi costado, y no sigas siendo incrédulo, sino fiel y creyente.


Donde no había principio era la Palabra de vida, la que hemos oído muy atentamente, la que hemos experimentado en nuestras vidas y visto con nuestros ojos, la que hemos contemplado espectacularmente y poderosamente y la que nuestras manos tocaron, por eso hablaremos del Verbo de la vida que perfecciona y mejora la calidad de nuestra existencia.


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