Jesús les respondió: – Porque la fe de ustedes es pequeña, pero les digo que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, le dirían a esta montaña muévete de aquí para allá, y se movería, y nada sería imposible para ustedes.
Juan 11:40 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Respondió Jesús: – ¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús respondió: —¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios? Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús le respondió: '¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?' La Biblia Textual 3a Edicion Jesús le dice: ¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Jesús le responde: '¿No te dije que, si crees, verás la gloria de Dios?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? |
Jesús les respondió: – Porque la fe de ustedes es pequeña, pero les digo que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, le dirían a esta montaña muévete de aquí para allá, y se movería, y nada sería imposible para ustedes.
Jesús respondió: – ¿Que si puedo? Claro que puedo. ¿Tú lo puedes creer? Todo es posible al que cree.
Y la Palabra de vida se encarnó y plantó su tabernáculo en nosotros, y hemos contemplado su gloria, la gloria del Unigénito que procede del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Escuchando Jesús al mensajero dijo: – Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, con el propósito de que sea glorificado el Hijo de Dios a través de esta enfermedad.
Estas cosas dijo Isaías cuando vio la gloria de Dios, y testificó acerca de Él.
Jesús respondió: – Ni este, ni sus padres pecaron, sino que la misión y la tarea de Dios se manifestará, para dignificarlo y darle salvación.
Al ser bautizados, morimos y somos sepultados con Él; pero así como Cristo fue resucitado de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros, nacemos para una vida totalmente diferente, por eso, andemos en novedad de vida.
Con la cara descubierta, todos nos quedamos mirando fijamente la gloria del Señor como si fuera en un espejo, y así somos transformados a su imagen de gloria en gloria; esta transformación se da a través de la acción del Señor, es decir, del Espíritu.
El mismo Dios que dijo: “Que brille la luz en la oscuridad”, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Jesucristo.