Entonces el rey dirá a los que están a su izquierda: “Apártense de mí hacedores de maldad, vayan a la condenación eterna que ha sido preparada para el diablo y sus seguidores.
2 Pedro 2:4 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los arrojó a los calabozos oscuros del Tártaro y están esperando el juicio; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; Biblia Nueva Traducción Viviente Pues Dios ni siquiera perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los arrojó al infierno, dentro de fosas tenebrosas, donde están encerrados hasta el día del juicio. Biblia Católica (Latinoamericana) En efecto, Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los precipitó en el infierno y los encerró en cavernas tenebrosas, manteniéndolos allí hasta el día del juicio. La Biblia Textual 3a Edicion Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron,° sino que arrojándolos al Tártaro los entregó a cadenas° de oscuridad, reservados hasta el juicio; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en el abismo, en cavernas tenebrosas, los entregó para ser custodiados hasta el juicio. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a prisiones de oscuridad, a ser reservados para el juicio; |
Entonces el rey dirá a los que están a su izquierda: “Apártense de mí hacedores de maldad, vayan a la condenación eterna que ha sido preparada para el diablo y sus seguidores.
Y los dos endemoniados le gritaron: – ¡Hijo de Dios!, ¿qué tienes contra nosotros?, ¿acaso tú viniste a este lugar para atormentarnos antes de tiempo?
y gritó muy alto, diciendo: – ¿Qué tengo que ver contigo Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te suplico por Dios que no me molestes.
Jesús les dijo: – Yo sé, vi la caída de Satanás, parecía un rayo cayendo del cielo.
Entonces los demonios le rogaban a Jesús que no les ordenara irse al abismo.
Ustedes son de su padre, el diablo, y quieren hacer los deseos de su padre. El diablo fue homicida desde el principio, y la verdad nunca habitó en él, pues él es enemigo de la verdad; él siempre habla con mentira, pues es su propia naturaleza, ya que es padre de mentira.
Porque si Dios no permitió que las ramas naturales siguieran en el árbol, tampoco a ustedes los dejará seguir si no perseveran en la fe por identidad.
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó en favor de todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, a través de Él, todas las cosas?
mientras que los ángeles que son mayores en fuerza y en poder, nunca pronuncian una maldición de juicio ante el Señor.
tampoco perdonó al mundo antiguo sino que mandó un diluvio sobre los impíos, los únicos que se salvaron fueron Noe y su familia, ya que este era un impulsador de la justicia.
El Señor sabe cómo liberar a los santos de la tentación, pero a los malos los tiene esperando el juicio donde recibirán castigo.
El que practica el pecado, procede del diablo, porque hace muchísimo tiempo que el diablo peca y sigue pecando. Con este propósito se reveló Jesucristo: para destruir las obras del diablo.
Son como olas furiosas del mar que vomitan espuma de sus propias vergüenzas, estrellas fugaces, que están condenadas eternamente a la más completa oscuridad.
Lo mismo pasó con los ángeles que no guardaron en sí mismos los principios de Dios, sino que abandonaron su casa de santidad y buscaron por sus pecados un juicio en el Gran Día, en prisiones eternas donde la oscuridad reina.
El diablo, que los engañaba, fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde estaban también la bestia y el falso profeta; allí serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.