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1 Corintios 1:12 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

Me refiero a que están tomando partido por una persona, y unos dicen: “Yo soy de Pablo”; otros afirman: “Yo soy de Apolos”; otros: “Yo soy de Pedro”; y otros: “Yo soy de Cristo”.

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Biblia Reina Valera 1960

Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Algunos de ustedes dicen: «Yo soy seguidor de Pablo». Otros dicen: «Yo sigo a Apolos» o «Yo sigo a Pedro», o «Yo sigo únicamente a Cristo».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Yo soy de Apolo, o 'Yo soy de Cefas', o 'Yo soy de Cristo'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y quiero decir esto: que cada uno de vosotros dice: Yo, ciertamente soy de Pablo, yo de Apolos,° yo de Cefas, yo del Mesías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Me refiero a que cada uno de vosotros dice: 'Yo soy de Pablo'; 'Yo de Apolo'; 'Yo de Cefas'; 'Yo de Cristo'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Digo esto ahora, porque cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.

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1 Corintios 1:12
20 Tagairtí Cros  

Pero ustedes no permitan que nadie los llame “maestros”, porque solo uno es el maestro de ustedes y entre ustedes, todos son hermanos.


Andrés llevó a Simón ante Jesús, y mirándolo, Jesús le dijo: – Tú eres Simón el hijo de Juan, ahora tú te llamarás Cefas (que traducido es Pedro).


Por aquel tiempo, un judío de Alejandría llamado Apolos llegó a Éfeso. Tenía buena educación y habilidades retóricas, además, sabía mucho de las Escrituras judías.


Mientras que Apolos estaba en Corinto, Pablo recorrió las regiones del norte de Asia Menor y llegó a Éfeso, allí encontró a algunos discípulos;


Les digo esto, mis queridos hermanos, porque algunos de la familia de Cloé me han informado que hay muchas discordias entre ustedes.


Que fue visto por Pedro y luego por los doce.


Les digo esto queridos hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; pues la mortalidad no hereda la inmortalidad.


Con respecto a nuestro hermano Apolos, le insistí mucho que fuera a visitarlos con los otros hermanos; no quiso ir ahora, pero irá a visitarlos cuando tenga una oportunidad.


Hermanos, les pongo como ejemplo de todo esto a Apolos, y a mí mismo. Lo hago, para que con nuestro ejemplo ustedes aprendan a no juzgar a nadie porque no tienen conocimiento de todas las cosas, eso es responsabilidad de Dios; no se basen en sus conclusiones precipitadas para que no sientan orgullo por una persona y odio por otra.


Lo que quiero decir hermanos, es que el tiempo se está acabando; realmente no importará si están casados o no;


¿No tenemos derecho a viajar acompañados por una esposa cristiana como hacen los demás apóstoles, por ejemplo, Pedro y los hermanos del Señor?


Fíjense en los hechos que tienen frente a ustedes; si alguien está convencido de que pertenece a Cristo, entonces debe entender que, al igual que él, nosotros también pertenecemos a Cristo.


Recuerden esto: el que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra generosamente, generosamente cosechará.


Santiago, Pedro y Juan, que eran columnas de la iglesia, reconocieron que Dios me dio la gracia, junto con Bernabé para llevar la predicación a los gentiles, mientras ellos seguirían alcanzando a los judíos, así que nos dieron la mano en señal de compañerismo, y mantuvimos una muy buena relación con los apóstoles.


Lo que estoy diciendo es que el pacto que Dios hizo con Abraham, fue oficial, ratificado por Dios mucho antes de que llegara la ley. Después de cuatrocientos treinta años llegó la ley. Por eso la ley no anula el pacto ni cambia la promesa de Dios.