»¿Quién hay tan arrogante como Job? Debe de haber pasado mucho tiempo en compañía de hombres malos,
Proverbios 1:22 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 «Jóvenes inexpertos, ¿hasta cuándo disfrutarán su inexperiencia, sus burlas y despreciarán el conocimiento? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, Y los burladores desearán el burlar, Y los insensatos aborrecerán la ciencia? Biblia Nueva Traducción Viviente «Simplones, ¿hasta cuándo insistirán en su ignorancia? Burlones, ¿hasta cuándo disfrutarán de sus burlas? Necios, ¿hasta cuándo odiarán el saber? Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Por cuánto tiempo más, gente insignificante, preferirán sus estupideces? ¿Hasta cuándo los burlones se entretendrán con sus mofas y la gente estúpida se negará a saber? La Biblia Textual 3a Edicion Oh simples ¿hasta cuándo amaréis la simpleza, Y vosotros, insolentes, os complaceréis en la insolencia, Y vosotros, insensatos, aborreceréis el saber? Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Hasta cuándo, inexpertos, amaréis la inexperiencia, vosotros, insolentes gozaréis con la insolencia, y los necios a la ciencia tendréis odio? Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores desearán el burlar, y los insensatos aborrecerán el conocimiento? |
»¿Quién hay tan arrogante como Job? Debe de haber pasado mucho tiempo en compañía de hombres malos,
Dichosos todos aquellos que no siguen el consejo de los malvados, ni se detienen en la senda de los pecadores, ni cultivan la amistad de los blasfemos,
Entiendan esto, gente necia; ¿cuándo, insensatos, lo van a comprender?
Moisés y Aarón pidieron otra audiencia al faraón y le dijeron: ―El Señor, Dios de los hebreos, pregunta: “¿Hasta cuando te negarás a someterte a mí? Deja que mi pueblo vaya y me adore.
Y el Señor le dijo a Moisés: ―¿Hasta cuándo se niega este pueblo a obedecerme? ¿No comprenden que les doy el doble en el sexto día para que tengan suficiente para dos días? Les he dado el séptimo día como día de reposo; deben permanecer en sus casas, y no salir a buscar alimento en ese día.
los matará su desvío e inexperiencia, su despreocupación y necedad los destruirá.
para infundir sagacidad a los inexpertos, conocimiento y madurez a los jóvenes.
Lo primero que hay que hacer para empezar a ser sabios, es honrar al Señor. Sólo los necios desprecian la sabiduría y la disciplina.
El descarado busca sabiduría sin encontrarla, para el inteligente el conocimiento es cosa fácil.
El burlón no ama a quien lo corrige, ni busca la compañía de los sabios.
A los insolentes les espera el castigo, y a la espalda de los necios los azotes.
Cuando se castiga al insolente, aprende el inexperto; cuando se corrige al sabio, el inexperto adquiere conocimiento.
Orgulloso, arrogante y altivo, es el que actúa con demasiada soberbia.
El hombre prudente ve el peligro y se protege; el imprudente ciegamente avanza y sufre las consecuencias.
Y dirás: «¡Cómo pude despreciar la corrección! ¡Cómo pudo mi corazón rechazar los consejos!
Perezoso, no haces más que dormir, ¿Cuándo vas a despertar de tu sueño?
a unos jóvenes sin experiencia, y entre ellos me fijé en un joven falto de sentido común.
Ustedes los necios e inexpertos, ¡adquieran sentido común y aprendan a ser prudentes!
¡Cuán bajo has caído, pueblo mío! Por todos lados hay señales de tu alejamiento de mí, tu deslealtad para conmigo y tu abominable culto a los ídolos en los campos y colinas. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿Cuándo podrás ser nuevamente pura?
¡Oh Jerusalén, pon en orden tu vida mientras haya tiempo; aún puedes salvarte cambiando tu conducta y modo de pensar!
―¡Oh generación incrédula y perversa! —dijo Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? ¡Tráiganme al muchacho!
»¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los enviados de Dios! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina junta a sus polluelos debajo de sus alas, pero no quisiste!
Vayan y traten de entender el texto que dice: “Misericordia quiero, no sacrificios”, porque yo no he venido a llamar a los buenos, sino a los malos.
Y dijo: ―¡Cómo me gustaría que hoy entendieras lo que puede traerte paz! Pero ahora eso no lo puedes ver.
Todo el que hace lo malo odia la luz, y no se acerca a ella por temor a que sus malas acciones se descubran.
Antes que nada, deseo recordarles que en los últimos días vendrán burladores que vivirán de acuerdo con sus malos deseos y se mofarán, diciendo:
El Espíritu y la Esposa dicen: «Ven». Y el que oye también diga: «Ven». Y el que tenga sed, venga; y el que quiera, beba gratuitamente del agua de la vida.