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Mateo 9:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

13 Vayan y traten de entender el texto que dice: “Misericordia quiero, no sacrificios”, porque yo no he venido a llamar a los buenos, sino a los malos.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

13 Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Luego añadió: «Ahora vayan y aprendan el significado de la siguiente Escritura: “Quiero que tengan compasión, no que ofrezcan sacrificios”. Pues no he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Vayan y aprendan lo que significa esta palabra de Dios: Me gusta la misericordia más que las ofrendas. Pues no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 ¡Id y aprended qué significa:° Misericordia quiero y no sacrificio!,° porque no vine a llamar a justos sino a pecadores.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Id, pues, y aprended qué significa: Amor quiero y no sacrificios: porque no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores'.

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Mateo 9:13
39 Tagairtí Cros  

El Señor prefiere que practiquemos la justicia y la honradez en lugar de los sacrificios.


Lo que más quiero de ustedes no son sus sacrificios rituales, sino que amen a Dios y a su prójimo; lo que más quiero de ustedes no son sus ofrendas, sino que me reconozcan y respeten como su Dios.


Pero Jesús les dijo: ―¿No han leído lo que el rey David hizo cuando él y los que lo acompañaban tuvieron hambre?


»¿No han leído en la ley de Moisés cómo los sacerdotes que sirven en el templo tienen que trabajar el día de reposo y no por ello cometen pecado?


Y si comprendieran lo que quieren decir las Escrituras con “Misericordia quiero, no sacrificio”, no condenarían a quienes no son culpables.


―Y ustedes, ¿no leen las Escrituras? —les respondió—. En ellas está escrito que al principio Dios creó al hombre y a la mujer,


Entonces Jesús les preguntó: ―¿Han leído alguna vez en las Escrituras aquello que dice: “La piedra que rechazaron los constructores ha sido puesta como piedra principal. ¡Qué interesante! El Señor lo hizo y es maravilloso”?


Este era su mensaje: «Arrepiéntanse de sus pecados porque el reino de los cielos se ha acercado».


Demuestren, antes de bautizarse, que están arrepentidos.


Y desde aquel mismo instante Jesús comenzó a predicar: «Arrepiéntanse de sus pecados porque el reino de los cielos se ha acercado».


Y en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no han leído ustedes, en el libro de Moisés, el pasaje de la zarza en el que se dice que Dios le habló a Moisés y le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”?


Y que amar a Dios con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más importante que todos los holocaustos y todos los sacrificios.


Jesús, que oyó lo que decían, les replicó: ―Los enfermos son los que necesitan médico, no los sanos. No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores.


Jesús le respondió: ―¿Qué está escrito en la ley? ¿Entiendes tú lo que quiere decir?


En efecto, el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar a los que se habían perdido.


Y también que en su nombre, comenzando en Jerusalén, se predicará a todas las naciones que hay perdón de pecados para el que se arrepiente.


Jesús les contestó: ―Los que están sanos no necesitan médico, sino los enfermos.


Yo no he venido a llamar a los justos para que se arrepientan, sino a los pecadores.


Jesús respondió: ―¿Acaso no está escrito en su ley: “Yo he dicho que ustedes son dioses”?


Aquellas palabras bastaron para acallar las objeciones, y alabaron a Dios. ―Sí —exclamaban—, Dios ha concedido también a los gentiles el volverse a él para recibir la vida.


―Arrepiéntanse —les respondió Pedro—, y bautícense en el nombre de Jesucristo, para que Dios les perdone sus pecados. Entonces recibirán también el don del Espíritu Santo,


A judíos y gentiles les he dado testimonio de que necesitan arrepentirse de sus pecados y tener fe en nuestro Señor Jesucristo.


»Por eso, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios para que él los limpie de sus pecados


Luego, con su gran poder, lo exaltó como Príncipe y Salvador, para que el pueblo de Israel se vuelva a Dios y alcance el perdón de sus pecados.


El Señor no demora el cumplimiento de su promesa, como algunos suponen. Más bien lo que quiere es que nadie se pierda, por lo que está alargando el plazo para que todos se arrepientan.


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