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Salmos 1:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

1 Dichosos todos aquellos que no siguen el consejo de los malvados, ni se detienen en la senda de los pecadores, ni cultivan la amistad de los blasfemos,

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Biblia Reina Valera 1960

1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Qué alegría para los que no siguen el consejo de malos, ni andan con pecadores, ni se juntan con burlones,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Dichoso el hombre que no va a reuniones de malvados, ni sigue el camino de los pecadores ni se sienta en la junta de burlones,

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Cuán bienaventurado es el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni se detuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Dichoso el hombre que no sigue el consejo del impío, ni en el camino del errado se detiene, ni en la reunión de los malvados toma asiento,

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Salmos 1:1
52 Tagairtí Cros  

No quiero participar de sus planes malvados, ni estar en sus reuniones. En su ira asesinaron hombres y por diversión desjarretaron toros.


Y como si esto no fuera suficiente, se casó con Jezabel, la hija del rey Et Baal de los sidonios, y comenzó a adorar a Baal.


Ocozías también anduvo en los malos caminos de Acab, porque su madre lo impulsó a hacer el mal.


¿De veras te parece bien oprimir y despreciar la obra de tus manos, y dar alegría y prosperidad a los malvados?


Miren, ¡cuanto el rico toca se convierte en oro! Pero yo me niego a tratar siquiera con gente así.


Porque el Señor protege los pasos de los justos; pero los pasos de los impíos conducen a la perdición.


Dichosos los que tratan a los demás con justicia y siempre hacen lo que es justo.


¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Dichosos los que se deleitan en cumplir sus mandamientos y temen al Señor.


Apártense de mi camino, gente perversa, que quiero obedecer los mandamientos de mi Dios.


¡Dichosos aquellos que tienen todo esto! ¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor!


Pero dichosa la persona que tiene como auxilio suyo al Dios de Jacob y que tiene su esperanza en el Señor su Dios,


El Señor protege al extranjero, y cuida al huérfano y a la viuda pero desbarata los planes de los malvados.


Bésenle los pies, antes que se encienda su ira y perezcan en el camino, pues su ira se inflama de repente. ¡Dichosos los que en él buscan el refugio!


En público alabo al Señor que me libra de resbalar y caer.


¡Pongan a prueba a Dios, y verán cuán bueno es! Dichosos todos los que confían en él.


Se pasan la noche despiertos, tramando sus perversos planes se aferran a su mal camino, en vez de pensar cómo mantenerse alejados del mal.


Escóndeme de la conspiración de los malvados, de la intrigas de perversos.


Entonces los entregué a su ceguera y necedad, a que vivieran como mejor les pareciera.


Oh Señor Todopoderoso, son felices los que en ti confían.


¡No les hagas caso, hijo mío! Apártate de sus caminos,


«Jóvenes inexpertos, ¿hasta cuándo disfrutarán su inexperiencia, sus burlas y despreciarán el conocimiento?


El buen juicio trae aprecio, pero el camino del traidor lleva a la ruina.


El que anda con sabios, será sabio; al que anda con necios, lo lastimarán.


A los insolentes les espera el castigo, y a la espalda de los necios los azotes.


La sabiduría te librará de los malvados, de los que hablan perversidades,


El Señor se burla de los burladores, pero ayuda a los humildes.


Pero la senda de los malvados está en completa oscuridad, los que la siguen ni siquiera saben con qué tropiezan.


Si eres sabio, tu recompensa será la sabiduría; si eres desvergonzado, tú serás el único que sufra.


No he participado de los alegres festines del pueblo, más bien me he apartado de ellos enojado por sus malas conductas, lleno de indignación. ¿No dejarán jamás de perseguirme? ¡Es que a veces siento que no hay remedio para mis males y en ocasiones te siento indiferente a mi dolor!».


Pero está destinada a prosperar la persona que confía en el Señor y en el Señor ha puesto su esperanza y fe.


»Entonces hablé a sus hijos y les dije: “No sigan las pisadas de sus padres, no echen a perder su relación conmigo por rendir homenaje a sus ídolos,


―Dios te ha bendecido, Simón, hijo de Jonás —le dijo Jesús—, porque esto no lo aprendiste de labios humanos. ¡Mi Padre celestial te lo reveló personalmente!


Jesús contestó: ―¡Dichosos, más bien, los que oyen la palabra de Dios y la obedecen!


pero no había estado de acuerdo con la decisión y la conducta de los demás. Procedía del pueblo de Arimatea, en la región de Judea, y esperaba el reino de Dios.


Si entienden esto y lo hacen serán dichosos.


Jesús le dijo: ―Tú has creído porque me has visto; dichosos los que no han visto y aun así creen.


Por medio de él, y confiando en su promesa, participamos de ese amor que no merecemos, y en el cual nos mantenemos firmes. Incluso nos sentimos orgullosos de la esperanza de gozar de la gloria de Dios.


Por ello, vístanse de toda la armadura de Dios para que puedan resistir en el día malo y así, al terminar la batalla, estén todavía en pie.


»Podrás comer cualquier animal que tenga pezuña hendida y que rumie.


¡Qué bendiciones tienes, oh Israel! ¿Quién más ha sido salvado por el Señor? Él es tu escudo y tu ayudador, él es tu espada triunfal. Tus enemigos se inclinarán delante de ti; y tú pisarás sus espaldas».


Ya basta que en el pasado ustedes hayan desperdiciado el tiempo haciendo lo que les gusta hacer a los que no creen. Vivían para sus vicios, malos deseos, borracheras y fiestas desenfrenadas, y para adorar a sus ídolos detestables.


»Benditos los que lavan su ropa para tener derecho a entrar por la puerta de la ciudad y comer el fruto del árbol de la vida.


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