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Mateo 3:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Este era su mensaje: «Arrepiéntanse de sus pecados porque el reino de los cielos se ha acercado».

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Biblia Reina Valera 1960

y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

«Arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios, porque el reino del cielo está cerca».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

éste era su mensaje: 'Renuncien a su mal camino, porque el Reino de los Cielos está cerca.

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La Biblia Textual 3a Edicion

diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos° se ha acercado.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

'Convertíos, porque el reino de los cielos está cerca'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y diciendo: Arrepentíos, porque el reino del cielo se ha acercado.

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Mateo 3:2
61 Tagairtí Cros  

y ellos se dan cuenta de lo que han hecho y se vuelven a ti y claman diciendo: “Hemos pecado, hemos hecho mal”,


¿Podrás enviarlo a acarrear el trigo de la era?


y me detesto, y me arrepiento en polvo y cenizas».


Diles: “¡Se los aseguro, dice el Señor Dios, que no me complazco para nada en la muerte del impío, sino que deseo que el impío se arrepienta de sus maldades y viva! ¡Dejen de cometer maldades!, pues ¿por qué habrían de morir, oh israelitas?”.


»Durante el gobierno de estos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido, al que nadie jamás podrá conquistar. Este reino de Dios destruirá a todos estos reinos, pero él mismo permanecerá estable para siempre.


»Anúncienles que el reino de los cielos ya se ha acercado.


Entonces comenzó Jesús a reprender a las ciudades en que había realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían arrepentido.


En el día del juicio, los hombres de Nínive se levantarán y condenarán a esta gente. Porque cuando Jonás les predicó, aquellos se arrepintieron de sus pecados. Y ustedes tienen aquí a uno que es superior a Jonás.


Él les explicó que ellos, los discípulos, era a los únicos a los que se les permitía entender las cosas del reino de los cielos, pero no a los demás. Y añadió:


Otra de las parábolas o simbolismos que usó Jesús fue la siguiente: «El reino de los cielos es como el labrador que planta la buena semilla en el campo;


Jesús también refirió esta otra parábola: «El reino de los cielos es como una pequeña semilla de mostaza plantada en un campo.


Y les dijo también: «El reino de los cielos es como la levadura que una mujer toma para hacer pan. Luego la mezcla con tres medidas de harina, y leuda toda la masa».


»El reino de los cielos es como el pescador que tira la red al agua y recoge peces de todo tipo, buenos y malos.


Entonces Jesús añadió: ―Los maestros de la ley que se han convertido en mis discípulos tienen a su alcance un tesoro doble: las antiguas verdades de las Escrituras y las verdades nuevas que mis enseñanzas revelan.


»El reino de los cielos puede compararse a un rey que decidió arreglar cuentas con sus súbditos.


»El reino de los cielos es también semejante al dueño de una finca que sale por la mañana a contratar obreros para recoger la cosecha.


«El reino de los cielos puede ilustrarse con el cuento de un rey que preparó un gran banquete en celebración de la boda de su hijo.


»¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque ni entran al reino de los cielos ni dejan entrar a nadie!


»En el reino de los cielos sucederá lo que les sucedió a las diez muchachas que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio.


»Hubo una vez un hombre que juntó a sus siervos; antes de partir hacia otro país, y les prestó dinero para que lo invirtieran en su nombre durante su ausencia.


Y desde aquel mismo instante Jesús comenzó a predicar: «Arrepiéntanse de sus pecados porque el reino de los cielos se ha acercado».


Jesús recorrió toda Galilea enseñando en las sinagogas, proclamando las buenas noticias del reino y sanando las enfermedades y dolencias de la gente.


¡Dichosos los que sufren persecución por ser justos, porque el reino de los cielos les pertenece!


«¡Dichosos los que reconocen su pobreza espiritual, porque de ellos es el reino de los cielos!


Venga tu reino y cúmplase en la tierra tu voluntad como se cumple en el cielo.


Lo más importante es que primero busquen el reino de Dios y hagan lo que es justo. Así, Dios les proporcionará todo lo que necesiten.


«¡Llegó por fin la hora! —anunciaba—. ¡El reino de Dios está cerca! Arrepiéntanse y crean las buenas noticias».


Así fue como se presentó Juan en el desierto, predicando que debían arrepentirse y bautizarse para obtener el perdón de los pecados.


Los discípulos salieron y fueron a predicarle a la gente para que se arrepintiera.


Él hará que muchos en Israel se vuelvan al Señor su Dios


Pero si yo echo fuera a los demonios con el poder de Dios, eso quiere decir que el reino de Dios ha llegado a ustedes.


¡No! Y si ustedes no se arrepienten, todos ustedes también morirán.


¡No! ¡Y si ustedes no se arrepienten, todos ustedes también morirán!».


Les digo que de la misma manera se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente».


Les digo que lo mismo pasa en el cielo: hay más alegría por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.


»Entonces el hombre rico respondió: “No les harán caso, padre Abraham. Pero si algún muerto fuera y se les presentara entonces sí se arrepentirán”.


Así también, cuando vean que las cosas que les dije suceden, eso quiere decir que el reino de Dios está cerca.


Y también que en su nombre, comenzando en Jerusalén, se predicará a todas las naciones que hay perdón de pecados para el que se arrepiente.


Él entonces miró a sus discípulos y les dijo: «Dichosos ustedes los pobres, porque el reino de Dios les pertenece.


Los envió a anunciar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.


Aquellas palabras bastaron para acallar las objeciones, y alabaron a Dios. ―Sí —exclamaban—, Dios ha concedido también a los gentiles el volverse a él para recibir la vida.


Dios toleró la ignorancia de la humanidad en el pasado, pero ahora ordena que todos se arrepientan,


―Arrepiéntanse —les respondió Pedro—, y bautícense en el nombre de Jesucristo, para que Dios les perdone sus pecados. Entonces recibirán también el don del Espíritu Santo,


A judíos y gentiles les he dado testimonio de que necesitan arrepentirse de sus pecados y tener fe en nuestro Señor Jesucristo.


Primero prediqué a los que estaban en Damasco, después a los de Jerusalén y de toda Judea, y luego a los que no eran judíos. A todos les prediqué que se arrepintieran y obedecieran a Dios, que demostraran su arrepentimiento haciendo buenas obras.


»Por eso, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios para que él los limpie de sus pecados


Dios a veces permite que nos vengan tristezas para impulsarnos a apartarnos del pecado y tener la salvación. Jamás debemos quejarnos de estas tristezas. Pero las tristezas del mundo sólo producen muerte.


Él nos rescató del reino de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado,


Debe corregir con mansedumbre a los que se le oponen, con la esperanza de que Dios les conceda que se arrepientan y conozcan la verdad.


Así que, sigamos adelante a otras cosas y, como adultos, dejemos a un lado las primeras enseñanzas acerca de Cristo. No repitamos otra vez las primeras lecciones sobre cómo volvernos a Dios, sobre las acciones que llevan a la muerte, sobre la fe en Dios.


El Señor no demora el cumplimiento de su promesa, como algunos suponen. Más bien lo que quiere es que nadie se pierda, por lo que está alargando el plazo para que todos se arrepientan.


Le he dado tiempo para que se arrepienta de su inmoralidad, pero se niega a hacerlo.


Recuerda de dónde has caído, arrepiéntete y trabaja como lo hacías antes. Si no lo haces, vendré y quitaré tu candelero de su lugar.