Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





2 Corintios 7:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

10 Dios a veces permite que nos vengan tristezas para impulsarnos a apartarnos del pecado y tener la salvación. Jamás debemos quejarnos de estas tristezas. Pero las tristezas del mundo sólo producen muerte.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

10 Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Pues la clase de tristeza que Dios desea que suframos nos aleja del pecado y trae como resultado salvación. No hay que lamentarse por esa clase de tristeza; pero la tristeza del mundo, a la cual le falta arrepentimiento, resulta en muerte espiritual.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

10 La tristeza que viene de Dios lleva al arrepentimiento y realiza una obra de salvación que no se perderá. Por el contrario, la tristeza que inspira el mundo provoca muerte.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

10 Porque la tristeza que es según Dios, causa arrepentimiento para salvación sin remordimiento, pero la tristeza del mundo produce muerte.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Pues la tristeza que es según Dios produce una conversión saludable, de la cual no hay que tener pesar; mientras que la tristeza del mundo produce la muerte.

Féach an chaibidil Cóip




2 Corintios 7:10
32 Tagairtí Cros  

Cuando Raquel se dio cuenta de que no podía tener hijos, sintió envidia de su hermana, y le dijo a Jacob: ―¡Dame un hijo, o me muero!


―He pecado contra el Señor —contestó David a Natán. Natán le respondió: ―Sí, pero el Señor ya te ha perdonado; así que no morirás por este pecado.


Un día Jonadab dijo a Amnón: ―¿Qué te pasa, pues cada día te ves más desmejorado? ¡No pareciera que fueras hijo del rey! ―Estoy enamorado de Tamar, mi medio hermana —le respondió Amnón.


Mientras tanto, Ajitofel, desacreditado públicamente porque Absalón no había aceptado su consejo, aparejó un burro, se fue a su casa en la ciudad, puso en orden sus asuntos, y se ahorcó. De esta manera murió y fue sepultado junto a su padre.


Entonces Acab, enojado y deprimido, regresó al palacio. Se negó a comer, y se acostó vuelto hacia a la pared.


Yo confieso mis pecados; lamento lo que hice.


El corazón feliz, alegra la cara; el corazón lastimado, entristece el espíritu.


Para el afligido, todos los días traen problemas; para el de corazón alegre, todos los días son de fiesta.


El corazón alegre es una buena medicina, pero el ánimo triste debilita el cuerpo.


El ánimo del hombre puede sostener al enfermo, ¿pero quién puede levantar al abatido?


Mejor es el dolor que la risa, porque la tristeza ejerce una influencia purificadora.


Lágrimas de gozo les correrán por las mejillas, y con mucha suavidad los conduciré a su hogar. Andarán junto a serenas corrientes de agua sin tropezar. Porque yo soy Padre para Israel, y Efraín es mi hijo mayor.


Cualquiera que logre escapar estará solitario como si fuera una paloma escondida en las montañas, cada uno llorando por sus propias maldades.


Cuando Dios vio que los ninivitas estaban dispuestos a dejar su mala conducta, decidió no destruirlos como había planeado.


Todos deben vestirse con ropas ásperas, de luto, clamar de todo corazón a Dios y dejar su mal comportamiento, la violencia y el robo.


―¿Crees que es justo que te enojes tanto porque se secó la planta? —le preguntó Dios a Jonás. ―¡Claro que sí es justo! —respondió Jonás—. ¡Es tanta la rabia que tengo, que prefiero la muerte!


y le hizo recordar las palabras de Jesús: «Antes que el gallo cante, me negarás tres veces». Y corrió afuera a llorar amargamente.


Les digo que de la misma manera se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente».


El cobrador de impuestos, en cambio, se quedó a cierta distancia y ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo. Se golpeaba el pecho y decía: “¡Dios mío, ten compasión de mí, que soy pecador!”.


Aquellas palabras bastaron para acallar las objeciones, y alabaron a Dios. ―Sí —exclamaban—, Dios ha concedido también a los gentiles el volverse a él para recibir la vida.


»Por eso, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios para que él los limpie de sus pecados


Sí, temo que cuando vaya, Dios me haga sentir avergonzado de ustedes y tenga que llorar porque muchos de los que han pecado no se han arrepentido de la impureza, de la inmoralidad sexual y de los vicios que practican.


Ahora me alegro de haberla enviado, no porque les dolió sino porque aquel dolor los condujo al arrepentimiento. El dolor que sintieron es el que Dios desea que su pueblo sienta, y por lo tanto no les hice daño.


Y después, como ustedes ya saben, quiso heredar esa bendición, ¡pero fue rechazado!; y, aunque con lágrimas buscó la bendición, no se le dio oportunidad de arrepentirse.


David estaba seriamente preocupado, porque sus soldados, en su profundo dolor por sus hijos, comenzaron a hablar de matarlo. Pero David halló fortaleza en el Señor su Dios.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí