escúchalos desde los cielos, perdónalos y responde en favor de todos los que hayan hecho una confesión sincera; porque tú conoces cada corazón.
Jeremías 17:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Sólo el Señor lo conoce, porque el examina con cuidado todos los corazones y examina los más ocultos móviles de las personas para poder dar a cada cual su recompensa según sus hechos, según como haya vivido. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero yo, el Señor, investigo todos los corazones y examino las intenciones secretas. A todos les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones». Biblia Católica (Latinoamericana) Yo, Yavé, yo escudriño el corazón
y sondeo las entrañas;
yo doy a cada cual según su conducta
y según el fruto de sus obras. La Biblia Textual 3a Edicion Yo, YHVH, Yo escudriño el corazón y sondeo los riñones,° Para dar a cada uno conforme a su camino, Conforme al fruto de sus obras. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo, Yahveh, escruto el corazón, sondeo las entrañas, para dar a cada uno según su conducta, según el fruto de sus obras. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. |
escúchalos desde los cielos, perdónalos y responde en favor de todos los que hayan hecho una confesión sincera; porque tú conoces cada corazón.
Luego David se dirigió a Salomón y le dijo: «Salomón, hijo mío, dedícate a conocer al Dios de tus padres; adóralo y sírvele con un corazón limpio y una correcta disposición, porque el Señor ve todo corazón, y entiende y conoce todo pensamiento. Si tú lo buscas, lo encontrarás; pero si tú lo abandonas, él te desechará por completo.
Comprendo, Dios mío, que tú pruebas a los hombres para ver si son buenos. He hecho todo esto inspirado por buenos propósitos, y he observado a tu pueblo cómo ofrece sus obsequios alegremente y de buena voluntad.
Oye desde el cielo donde tú vives, y perdona, y da a cada uno lo que realmente merece, porque sólo tú conoces los pensamientos del ser humano.
Por tu causa, cada día nos llevan a la muerte; nos tratan como oveja para el matadero.
que el amor, Señor, es tuyo. Ciertamente tú pagarás a cada uno según lo que se merezcan sus obras.
Pon fin a toda maldad, Señor, y bendice a todos los que genuinamente te adoran porque tú, el justo Dios, miras hasta lo profundo del corazón de todo hombre y mujer, y examinas todas sus intenciones y pensamientos.
Cada uno recibe el fruto de lo que habla, y el fruto del trabajo de sus manos.
La plata y el oro se prueban con el fuego, pero al corazón lo prueba el Señor.
Pagará a sus enemigos por sus maldades, con furia para sus enemigos de tierras lejanas.
¡Oh Señor de los ejércitos, tú eres justo, tú conoces los pensamientos e intenciones de la gente! Fíjate en el corazón y los móviles de estos hombres. Dales su merecido por todos sus planes. De ti espero justicia.
Mi pueblo sembró trigo y cosechó espinos; trabajaron afanosamente, pero sin provecho. Tendrán cosecha tan raquítica que se avergonzarán de ella, y es que sobre ellos pesa la tremenda cólera del Señor.
¡Oh Señor de los ejércitos, que conoces a los que son justos y examinas los más profundos pensamientos del corazón y la mente, permíteme ver tu venganza contra ellos! Porque en ti he confiado mis asuntos.
Yo mismo te destruiré por haber cometido tantas maldades, dice el Señor. Destruiré todo, incluso encenderé un fuego en los bosques que quemará cuanto halle a su paso, hasta lo que se encuentra en la periferia.
En vez de llevar mi rebaño a lugar seguro, lo han abandonado y lo han arriado hacia la destrucción. Ahora sobre ustedes descargaré mi gran cólera por el mal que les han causado. Voy a pasar revista de nuevo a sus malas obras para darles el castigo que se merecen.
Tienes gran sabiduría y realizas poderosos milagros, porque tu atención está puesta en todo lo que hace la gente y recompensas a cada cual según su vida y sus hechos.
Luego el Espíritu del Señor vino sobre mí y me mandó que dijera: «El Señor dice al pueblo de Israel: “¿Es eso lo que ustedes están diciendo? Sí, yo sé que lo están haciendo, pues yo conozco todo lo que piensan, cada pensamiento que viene a sus mentes.
Pues yo castigaré a todos aquellos que se apartan de mí y van tras los ídolos”.
La tierra de nuestros enemigos quedará convertida en un desierto a consecuencia de los horribles actos de maldad de sus habitantes.
Yo, el Hijo del hombre, vendré con los ángeles en la gloria de mi Padre y juzgaré a cada persona según sus obras.
¡Ah, pero el Padre de ustedes, que conoce todos los secretos, los recompensará!
No necesitaba que nadie le dijera nada acerca de los demás, porque él conocía los pensamientos del ser humano.
Luego oraron: «Señor, tú que conoces los corazones, muéstranos a cuál de estos hombres has escogido
¿Con qué resultado? No muy bueno, por cierto; y por eso se avergüenzan ahora al pensar en lo que antes hacían, que les llevaba a la muerte.
Y Dios, que conoce los corazones, entiende lo que el Espíritu dice, porque pide por nosotros de acuerdo con la voluntad de Dios.
Y a los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo escudriño la mente y el corazón y que a cada uno le doy su merecido.
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron entonces los libros; y se abrió también el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados de acuerdo con lo que estaba escrito en los libros, según sus obras.
«¡Miren, vengo pronto! Traigo conmigo la recompensa que he de dar a cada uno según sus obras.
Pero el Señor le dijo: ―No juzgues al hombre por su apariencia. No, no es este. Yo no escojo como los hombres lo hacen. Los hombres juzgan por la apariencia exterior, pero yo miro el corazón.