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Jeremías 21:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

14 Yo mismo te destruiré por haber cometido tantas maldades, dice el Señor. Destruiré todo, incluso encenderé un fuego en los bosques que quemará cuanto halle a su paso, hasta lo que se encuentra en la periferia.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Yo os castigaré conforme al fruto de vuestras obras, dice Jehová, y haré encender fuego en su bosque, y consumirá todo lo que está alrededor de él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Y yo mismo los castigaré por ser tan pecadores, dice el Señor. Prenderé fuego a sus bosques y ese fuego incendiará todo a su alrededor”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Vengo a pedirles cuentas, dice Yavé. ¡Prenderé fuego al bosque y quemará todos sus alrededores!

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Os castigaré° como merecen vuestras obras, dice YHVH, Y a su bosque prenderé un fuego que devorará todo su alrededor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Os voy a castigar como merecen vuestras acciones -oráculo de Yahveh-. Voy a encender tal fuego en su bosque, que devorará todos sus alrededores.

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Jeremías 21:14
29 Tagairtí Cros  

Y luego quemó el templo, derribó los muros de Jerusalén, quemó todos los palacios y destruyó todo lo que tenía valor.


cosecharán el fruto de su conducta, se hartarán de sus malas intenciones,


Cada uno recibe el fruto de lo que habla, y el fruto del trabajo de sus manos.


Luego que el Señor se haya valido del rey de Asiria para realizar sus fines, se enfrentará con los asirios y los castigará también, porque son hombres orgullosos y altivos.


¡Por esa su perversa jactancia, oh rey de Asiria, el Señor Todopoderoso enviará una plaga entre tus orgullosas tropas, y las herirá!


En aquel día el Señor castigará en el cielo a los ángeles caídos, y en la tierra a los orgullosos gobernantes del mundo.


Enviaste tus mensajeros a burlarse del Señor. Dices jactancioso: ‘Vine con mi potente ejército contra las naciones del oeste. Talé los más altos cedros y los mejores cipreses. Dominé tus más elevados montes y destruí tus bosques más tupidos’.


Eran como lozanos olivos para el Señor, se veían muy hermosos y estaban siempre llenos de buen fruto. Pero ahora el Señor ha enviado contra ellos la furia de sus enemigos para prenderles fuego y dejarlos convertidos en ramajes humeantes.


Sólo el Señor lo conoce, porque el examina con cuidado todos los corazones y examina los más ocultos móviles de las personas para poder dar a cada cual su recompensa según sus hechos, según como haya vivido.


Pero si no me escuchan, y se niegan a dedicar para mí el sábado, y en sábado meten cargamentos de mercancía por estas puertas de Jerusalén como si fuera un día común, entonces incendiaré las puertas. El fuego se extenderá a los palacios y los destruirá, sin que nadie pueda apagar un incendio tan destructivo.


Luego el Señor me dijo: Ve a hablarle directamente al rey de Judá y dile:


Llamaré a una cuadrilla de demoledores que traigan sus herramientas y te desmantelen. Arrancarán todas tus magníficas vigas de cedro y las echarán al fuego.


Tienes gran sabiduría y realizas poderosos milagros, porque tu atención está puesta en todo lo que hace la gente y recompensas a cada cual según su vida y sus hechos.


¡Patria del orgullo, tropezarás y caerás y no habrá quien te levante, porque el Señor encenderá un fuego en las ciudades de Babilonia que consumirá cuanto hay en torno!


incendió el templo, el palacio y las grandes mansiones,


El fuelle sopla a toda intensidad, el fuego refinador es cada vez más candente, pero no podrá purificarlos, pues de ellos no puede ya desprenderse su impureza.


Dentro de algún tiempo, dice el Señor, castigaré a cuantos han realizado la circuncisión en su cuerpo pero no en su espíritu: egipcios, edomitas, amonitas, moabitas, árabes y también tú, pueblo de Judá. Porque todas esas naciones paganas también se circuncidan. Pero a menos que la circuncisión que realizan en su cuerpo se corresponda con su dedicación de toda su vida a mí, su circuncisión no pasa de ser un rito pagano como el de esas naciones.


Deshizo todo el poderío de Israel cuando dio rienda suelta a su cólera. No nos protegió más cuando el enemigo llegó a atacarnos. El Señor acaba con Israel por todos lados como si fuera un incendio fuera de control.


Pues el Señor dice: “¡Yo estoy contra ti, Israel, te atacaré con mucha fuerza y destruiré a tu gente con violentos tajos de espada, buenos y malos por igual serán eliminados!


La tierra de nuestros enemigos quedará convertida en un desierto a consecuencia de los horribles actos de maldad de sus habitantes.


¡Líbano! ¡Abre tus puertas, para que el fuego devore tus cedros!


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