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Jeremías 11:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Han vuelto a cometer las mismas faltas de sus antepasados, se niegan a seguir mis instrucciones y ofrecen homenaje a los ídolos. El convenio que establecí con sus antepasados queda roto y sin validez.

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Biblia Reina Valera 1960

Se han vuelto a las maldades de sus primeros padres, los cuales no quisieron escuchar mis palabras, y se fueron tras dioses ajenos para servirles; la casa de Israel y la casa de Judá invalidaron mi pacto, el cual había yo concertado con sus padres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Han vuelto a los pecados de sus antepasados. Se han negado a escucharme y rinden culto a otros dioses. Israel y Judá han roto el pacto que hice con sus antepasados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

para volver a las maldades de sus mayores, que no quisieron escuchar mis palabras. También éstos se han ido tras dioses extranjeros para servirles. La casa de Israel y la de Judá han roto mi alianza que yo había pactado con sus padres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

para volver a las iniquidades de sus antepasados, quienes no quisieron escuchar mis palabras, y siguen en pos de dioses extranjeros para servirlos. La casa de Israel y la casa de Judá han quebrantado el pacto que Yo hice con sus padres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

han vuelto a las iniquidades de sus antepasados, que rehusaron escuchar mis palabras y se fueron tras otros dioses para servirlos. La casa de Israel y la casa de Judá han roto la alianza que estipulé con sus padres.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Se han vuelto a las maldades de sus primeros padres, los cuales no quisieron escuchar mis palabras, antes se fueron tras dioses ajenos para servirles; la casa de Israel y la casa de Judá quebrantaron mi pacto, el cual yo había concertado con sus padres.

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Jeremías 11:10
36 Tagairtí Cros  

Fueron desleales y traidores, como sus padres; ¡tan falsos como un arco defectuoso!


Este pueblo perverso se niega a escucharme, va en pos de sus malos deseos y adora ídolos; por lo tanto llegará a ser como ese cinturón: inservible.


pero ellos no escucharon ni obedecieron. Tercamente se negaron a recibir mi instrucción y seguirla.


Y su respuesta será: «Porque el pueblo que la habitaba olvidó al Señor su Dios y violó el convenio que habían firmado con él, y le rindieron homenaje a ídolos».


No será como el convenio que hice con sus antepasados cuando de la mano los saqué de tierra de Egipto, convenio que ellos quebrantaron, obligándome a rechazarlos, dice el Señor.


«¡No vamos a escuchar los falsos mensajes que dices de parte del Señor!


pero no quisieron oír ni abandonar sus malas acciones, sino que han continuado rindiéndole honores a esos «dioses».


Diles: ¡Esta es la nación que se niega a obedecer al Señor Dios suyo y rehúsa recibir enseñanza; la que persevera practicando la maldad!


Están bien instalados en su mundo de mentiras, ahí se sienten como en su propia casa y de plano rehúsan acudir a mí, dice el Señor.


»El Señor Dios dice: ¡Yo te castigaré por todas tus promesas no cumplidas! Livianamente quebraste tus solemnes votos hacia mí;


permitiendo que los paganos entraran en mi santuario —aquellos cuyo corazón no se interesa en Dios— cuando me ofrecen mi comida, la grasa y la sangre! Así han roto mi convenio, además de todas las demás maldades que han cometido.


El Señor dice: «Efraín y Judá, ¿qué haré con ustedes? Pues su amor hacia mí es tan inconstante, se desvanece tan pronto, como lo hacen las nubes de la mañana y como desaparece como el rocío.


Pero como Adán, han desobedecido mi convenio, han despreciado mi amor.


Miran hacia todas partes menos hacia mí. Son como un arco torcido que nunca da en el blanco; sus jefes morirán a golpe de una espada filosa, y todo Egipto se burlará de ellos.


Destruiré también a los que antes rendían homenaje al Señor, pero ya no lo hacen, y a los que nunca lo han amado ni han querido saber de él.


»¡No sean como sus antepasados! A ellos, los primeros profetas les rogaron en vano que dejaran de actuar de forma tan malvada. “¡Vamos, vuélvanse de nuevo en fieles devotos del Señor”, les decían en nombre del Señor. Pero no. Ellos no quisieron seguir la exhortación; no les hicieron caso a sus palabras.


»Sus antepasados no atendieron este mensaje. Se mostraron soberbios, dieron la espalda y se taparon los oídos con los dedos para no oírme.


Fue por esta situación que cuando ellos clamaron a mí, yo no atendí a sus ruegos, así como ellos no quisieron obedecerme cuando yo les hablé.


y le dijo a Moisés: «Tú morirás y te reunirás con tus antepasados. Después de tu partida, este pueblo comenzará a adorar dioses extraños en la tierra en la que van a entrar. Ellos se olvidarán de mí y quebrantarán el pacto que he hecho con ellos.


»No lo olvides, más bien recuerda las muchas veces que hiciste enojar al Señor tu Dios en el desierto. Esto lo hiciste, una y otra vez, desde el día que te sacó de Egipto hasta ahora. Todo este tiempo te has rebelado continuamente contra Dios.


No será como el pacto que hice con sus antepasados el día en que de la mano los saqué de Egipto, pues porque ellos no cumplieron con mi pacto, yo los abandoné, —dice el Señor—.


Esta nueva generación siguió y sirvió a otros dioses, y realizó actos que el Señor había prohibido expresamente.


Sin embargo, Israel no oía a los caudillos sino que desobedecía al Señor al adorar otros dioses. Se apartaron muy pronto del camino de sus padres, y se negaron a obedecer los mandamientos del Señor.


Pero cuando el juez moría, el pueblo volvía a hacer lo malo y lo hacía aún peor que sus antepasados. Adoraban nuevamente a otros dioses. Obstinadamente regresaban a las costumbres perversas de las naciones que los rodeaban.


«Lamento haber hecho rey a Saúl porque nuevamente me ha desobedecido». Samuel se apesadumbró cuando oyó lo que el Señor le dijo, tanto, que lloró delante de Dios toda aquella noche.