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1 Samuel 15:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

11 «Lamento haber hecho rey a Saúl porque nuevamente me ha desobedecido». Samuel se apesadumbró cuando oyó lo que el Señor le dijo, tanto, que lloró delante de Dios toda aquella noche.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 «Lamento haber hecho a Saúl rey, porque no me ha sido leal y se ha negado a obedecer mi mandato». Al oírlo, Samuel se conmovió tanto que clamó al Señor durante toda la noche.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Me pesa de haber dado la realeza a Saúl, porque se apartó de mí y no obedeció mis órdenes'. Samuel se sintió muy disgustado por eso y suplicó a Yavé toda la noche.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Me pesa haber designado a Saúl como rey, porque ha dejado de seguirme, y no ha cumplido mis mandamientos. Y Samuel se apesadumbró, y clamó a YHVH toda aquella noche.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 'Me arrepiento de haber constituido rey a Saúl, porque se ha apartado de mí y no ha ejecutado mis órdenes'. Afligióse Samuel y pasó toda la noche clamando a Yahveh.

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1 Samuel 15:11
44 Tagairtí Cros  

Entonces Dios dijo: «Voy a borrar de la tierra todo lo que he creado, hombres, animales, reptiles y aves. ¡Lamento haberlos creado!».


Pero cuando el ángel de la muerte se preparaba para destruir a Jerusalén, el Señor se apiadó y le dijo que se detuviera. El ángel estaba en el campo de Arauna el jebuseo.


El Señor, Dios de Israel, se enojó con Salomón, pues aunque se le había aparecido dos veces para advertirle que no debería adorar a otros dioses, Salomón no hizo caso.


Saúl murió porque se rebeló contra el Señor, pues no estuvo dispuesto a obedecer su palabra. Además, en vez de consultar al Señor, fue a consultar a una adivina.


Durante la plaga, Dios envió un ángel a destruir a Jerusalén; pero entonces sintió tal compasión que le dolió profundamente, de modo que ordenó al ángel destructor: «¡No sigas! ¡Es suficiente!». En ese momento el ángel del Señor se encontraba de pie en el campo de trilla de Ornán el jebuseo.


Porque ellos se desviaron de los caminos de Dios,


Yo los amo, pero aun mientras oro por ellos, ellos están procurando destruirme.


El Señor ha jurado, y no cambiará su voto: Tú eres sacerdote eternamente como Melquisedec.


Ríos de lágrimas brotan de mis ojos, porque la gente desobedece tu ley.


pero a los que van por caminos torcidos, Señor, deséchalos. Llévatelos junto con los que hacen mal. Que haya para Israel paz y tranquilidad.


Todo lo que dicen es torcido y engañoso; ya no son sabios ni buenos.


Una y otra vez pusieron a prueba la paciencia de Dios, y provocaron al Santo de Israel.


Fueron desleales y traidores, como sus padres; ¡tan falsos como un arco defectuoso!


Pero Moisés le rogó al Señor que no lo hiciera. ―Señor —suplicó—, ¿por qué se ha encendido tanto tu ira contra este tu pueblo, al que sacaste de Egipto con tu gran poder y tan grandes milagros?


Entonces el Señor tuvo compasión de ellos y no los destruyó.


Han vuelto a cometer las mismas faltas de sus antepasados, se niegan a seguir mis instrucciones y ofrecen homenaje a los ídolos. El convenio que establecí con sus antepasados queda roto y sin validez.


¿Seguirán negándose a escuchar? Entonces mi corazón adolorido llorará en la soledad a causa de su terco orgullo. Se me llenarán de lágrimas los ojos porque el rebaño del Señor será llevado como esclavo lejos de su tierra.


Pero ahora rehúsan cumplir, y han mancillado mi fama quebrantando su juramento y los han vuelto a esclavizar.


¡Hay tanto dolor que parece que no me alcanzarán todas las lágrimas para llorar por tanta desgracia! ¡Ay, ya las lágrimas no me alcanzan para llorar por tantos muertos de mi pueblo!


»Sin embargo, si un justo deja de serlo y comienza a actuar como cualquier otro injusto, ¿debiera permitírsele vivir? ¡No, por supuesto que no! Toda su justicia previa será olvidada y él morirá por las injusticias que cometa.


Por eso el Señor cambió de idea, y me dijo: ―Muy bien, no haré esto.


Cuando Dios vio que los ninivitas estaban dispuestos a dejar su mala conducta, decidió no destruirlos como había planeado.


Se quejó de ello ante el Señor: ―Señor, esto es exactamente lo que pensé que harías, cuando todavía estaba en mi tierra y me dijiste que viniera a Nínive. Por esta razón hui a Tarsis. Yo sabía que eres un Dios compasivo, misericordioso, que te cuesta mucho enojarte y que eres lleno de bondad. Yo sabía que con facilidad dejarías la idea de destruir a este pueblo.


Destruiré también a los que antes rendían homenaje al Señor, pero ya no lo hacen, y a los que nunca lo han amado ni han querido saber de él.


Pero los que se mantengan firmes hasta el fin serán salvos.


Pero yo les digo: ¡Amen a sus enemigos! ¡Oren por quienes los persiguen!


En aquellos días se fue Jesús a la montaña y pasó toda la noche orando a Dios.


Mi justo vivirá por la fe; pero si se vuelve atrás, no estaré contento con él».


―La congregación del Señor quiere saber por qué han pecado ustedes contra el Dios de Israel apartándose de él al edificar un altar en rebeldía contra el Señor.


En cuanto a mí, lejos esté de mí el pecar contra el Señor dejando de orar por ustedes. Yo les seguiré enseñando lo que es bueno y correcto.


―Has actuado locamente —exclamó Samuel—. Has desobedecido el mandamiento del Señor tu Dios. Él quería hacer de ti y de tus descendientes reyes de Israel para siempre,


Entonces el Señor le dijo a Samuel:


Ve y destruye completamente a Amalec: hombres, mujeres, bebés, niños, bueyes, ovejas, camellos y burros”».


Samuel no volvió a ver a Saúl, pero lloraba continuamente por él, porque el Señor se había arrepentido de haber hecho a Saúl rey de Israel.


Sin embargo, Saúl y sus hombres conservaron lo mejor de las ovejas y de las vacas, los mejores corderos y, en suma, todo lo que les pareció bueno. Destruyeron solamente lo que era de poco valor o de mala calidad.


Finalmente el Señor le dijo a Samuel: ―Basta ya de llorar a Saúl, porque lo he rechazado como rey de Israel. Toma un cuerno de aceite de oliva, ve a Belén y busca a un hombre llamado Isaí, porque a uno de sus hijos he escogido para que sea el nuevo rey.


Esto puso a Samuel terriblemente molesto y fue a consultar al Señor.


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