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2 Corintios 7:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

No digo esto para echarles en cara nada. Como ya les dije, tienen un lugar muy especial en mi corazón y vivo y moriré con ustedes.

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Biblia Reina Valera 1960

No lo digo para condenaros; pues ya he dicho antes que estáis en nuestro corazón, para morir y para vivir juntamente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

No les digo esto para condenarlos. Ya les dije antes que ustedes están en nuestro corazón y que vivimos o morimos junto con ustedes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No les estoy acusando; ya les dije que los llevamos en nuestro corazón, para vivir unidos y morir juntos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

No os lo digo para condenación, porque ya he dicho que estáis en nuestros corazones° para morir y para vivir juntamente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No lo digo en tono de condena, pues os he declarado antes que estáis juntos en nuestros corazones en la vida y en la muerte.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

No lo digo para condenaros; porque ya he dicho antes, que estáis en nuestros corazones, para morir y para vivir juntamente.

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2 Corintios 7:3
12 Tagairtí Cros  

¿Por qué? ¿Será porque no los amo? Dios sabe que sí los amo.


Para mí es un placer gastarme por entero y dar todo lo que tengo por el bien de ustedes; no importa que mientras más los ame, menos me amen ustedes.


Les he escrito esta carta con la esperanza de que cuando los visite no tenga que ser duro y usar mi autoridad. Quiero emplear la autoridad que me confirió el Señor para ayudarlos a madurar y no para destruirlos.


Nuestra mejor carta son ustedes mismos. Esa carta está escrita en nuestro corazón y todo el mundo la conoce.


Si les escribí como lo hice, no fue pensado en quien ofendió o en quién recibió la ofensa. Fue para que ustedes se dieran cuenta delante de Dios de lo mucho que ustedes se interesan en nosotros.


Está bien que yo piense así de todos ustedes, porque los llevo en el corazón. Ya sea que yo esté preso o defendiendo y confirmando el evangelio, todos ustedes participan conmigo del amor que Dios me ha dado.


Es tan grande el cariño que les tenemos, que no sólo les habríamos anunciado el evangelio, sino también les habríamos dado nuestras propias vidas.