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1 Samuel 2:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

»Los que pelean contra el Señor serán quebrantados. Él truena contra ellos desde los cielos; él juzga a través de toda la tierra. Él da poderosa fortaleza a su rey, y da gran gloria a su ungido».

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Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios, Y sobre ellos tronará desde los cielos; Jehová juzgará los confines de la tierra, Dará poder a su Rey, Y exaltará el poderío de su Ungido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Los que pelean contra el Señor serán destrozados. Él retumba contra ellos desde el cielo; el Señor juzga en toda la tierra. Él da poder a su rey; aumenta la fuerza de su ungido».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

¡Cuando truena en los cielos el Altísimo, los que odian a Yavé son aplastados! Yavé manda hasta el confín del mundo, da la fuerza a su rey y hace invencible a su Mesías'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Los adversarios de YHVH se aterrorizarán, Y contra ellos tronará desde los cielos. YHVH juzgará los confines de la tierra, Dará fortaleza a su Rey, Y exaltará la fuerza° de su Mesías.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Por Yahveh quebrantados serán sus rivales, contra ellos tronará desde los cielos. Yahveh juzgará los confines de la tierra; él dará el poderío a su rey y exaltará el poder de su ungido'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios, desde el cielo tronará sobre ellos: Jehová juzgará los términos de la tierra, y dará fortaleza a su Rey, y exaltará el cuerno de su Mesías.

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1 Samuel 2:10
50 Tagairtí Cros  

El Señor tronó desde los cielos; desde el cielo se escuchó la voz del Dios Altísimo.


Él será el que me va a edificar un templo, y yo estableceré su trono para siempre.


»Así que dile a mi siervo David que yo, el Señor Todopoderoso, lo saqué del redil para que no siga cuidando las ovejas sino para que gobierne a mi pueblo Israel.


¿Tienes fuerza como la de Dios y voz tan poderosa como la suya?


Aumentará el poder de David, mi ungido será una luz para mi pueblo.


Él ha hecho fuerte a su pueblo; ha honrado a sus fieles, su pueblo cercano. ¡Alabado sea el Señor!


Los reyes de la tierra se preparan para la batalla; los gobernantes se asocian contra el Señor y contra su ungido.


El Señor declara: «Este es el rey que he elegido. Lo he puesto en el trono de Jerusalén, mi santo monte».


¡Gobiérnalas con vara de hierro; rómpelas como vasijas de barro!”».


«Dios salve a su ungido rey». ¡Y yo sé que lo salva! Él le escucha desde el alto cielo y lo rescatará con su gran poder.


Algunas naciones se vanaglorian de sus ejércitos y armamento; pero nosotros nos gloriamos en el Señor nuestro Dios.


En tu fuerza, Señor, se regocija el rey, ¡qué gozo siente en tus victorias!


El Señor protege a su pueblo y da victoria a su rey ungido.


Amas el bien, y el mal detestas, por eso Dios, el Dios tuyo, te ha ungido, derramando sobre ti más perfume de alegría que sobre los demás.


Tú eres su fuerza gloriosa. ¡Nuestro poder se funda en tu favor!


Mi fidelidad y mi gran amor lo acompañarán, y por mí su poder se levantará.


Gobernará desde el río Éufrates hasta el mar Mediterráneo.


Porque el Señor viene a juzgar la tierra. Con justicia y verdad juzgará a las naciones.


Porque el Señor viene a juzgar la tierra. Él juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con igualdad.


Tu brazo derecho, Señor, es poderosísimo. Tu brazo derecho, Señor, aplasta al enemigo.


Joven, la juventud es un tesoro. ¡Disfruta cada minuto de ella! ¡Haz cuanto se te antoje! Pruébalo todo, pero sabe que tendrás que rendirle cuentas a Dios de cuanto hagas.


Porque Dios nos juzgará por cuanto hacemos, inclusive lo oculto, sea bueno o malo.


En un instante yo, el Señor Todopoderoso, me arrojaré sobre ellos con trueno, terremoto, torbellino y fuego.


¡Miren, un rey justo viene acompañado de príncipes honrados!


«En el Señor reside toda mi justicia y fortaleza», dirá todo el pueblo. Y todos los que contra él estaban enojados, acudirán a él avergonzados.


»En ese tiempo también haré que resurja el antiguo poderío de Israel, y entonces por fin sus palabras serán respetadas, y Egipto sabrá que yo soy el Señor».


»Entonces yo, el Rey, diré a los de mi derecha: “Vengan, benditos de mi Padre. Entren al reino que está preparado para ustedes desde la fundación del mundo,


Pero él se les acercó y les dijo: ―He recibido toda autoridad en el cielo y en la tierra.


Nos envió un poderoso salvador, que desciende del rey David, su siervo.


Y a esos enemigos míos que no querían que yo fuera su rey, tráiganlos aquí y mátenlos delante de mí”».


»Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret y él anduvo haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.


»Eso es exactamente lo que está sucediendo en esta ciudad: el rey Herodes, el gobernador Poncio Pilato y los demás romanos, así como el pueblo de Israel, están unidos contra Jesús, tu ungido, tu santo siervo.


Un día tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, y seremos juzgados. Cada uno recibirá lo que merezca por las buenas o las malas cosas que haya hecho mientras estaba en el cuerpo.


»Oh Señor, que todos tus enemigos perezcan como Sísara; pero los que aman al Señor resplandezcan como el sol a mediodía». Después de esto hubo paz en el país durante cuarenta años.


Bien, este es el rey que ustedes pidieron. Mírenlo. El Señor les ha contestado su petición.


Ustedes saben que no suele llover durante la cosecha del trigo. Oraré que el Señor envíe truenos y lluvia hoy, para que comprendan el mal que han cometido al pedir un rey.


Entonces Samuel invocó al Señor, y él envió truenos y lluvia. Y el pueblo sintió mucho temor del Señor y de Samuel.


Ahora, díganme mientras estoy delante del Señor y delante de su ungido: ¿He robado a alguien un buey o un burro? ¿He defraudado alguna vez a alguno de ustedes? ¿Los he oprimido alguna vez? ¿He recibido soborno de alguien? Díganmelo y rectificaré todo lo malo que haya hecho.


Samuel le dijo: ―¿Ves? El Señor ha rasgado de ti el reino de Israel hoy, y se lo ha dado a un prójimo tuyo que es mejor que tú.


Finalmente el Señor le dijo a Samuel: ―Basta ya de llorar a Saúl, porque lo he rechazado como rey de Israel. Toma un cuerno de aceite de oliva, ve a Belén y busca a un hombre llamado Isaí, porque a uno de sus hijos he escogido para que sea el nuevo rey.


Mientras Samuel estaba ofreciendo el holocausto, los filisteos llegaron para ofrecer batalla, pero el Señor habló con voz de trueno desde el cielo y se confundieron, y los israelitas los derrotaron