Tu sabiduría es un misterio para mí, es tan sublime que no puedo comprenderla.
Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender.
Semejante conocimiento es demasiado maravilloso para mí; ¡es tan elevado que no puedo entenderlo!
Me supera ese prodigio de saber, son alturas que no puedo alcanzar.
Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí, Alto es, no lo puedo alcanzar.
Tal saber me rebasa, de admirable, y no puedo seguirlo, de elevado.
Tal conocimiento es muy maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender.
Y esto no es más que el contorno de sus obras, pues tan sólo captamos un apagado eco. El trueno en su poder, ¿quién lo podrá alcanzar?
¿Quién ensombrece tu designio con palabras insensatas? He hablado sin cordura de maravillas que no alcanzo ni comprendo.
Al maestro de coro. De David
Dichoso el hombre que en el Señor ha puesto su esperanza y no se ha ido con los arrogantes ni con los que se pierden en engaños.
Hay tres cosas que son misteriosas para mí, y cuatro que no comprendo:
¡Qué profundidad de riqueza, de sabiduría y de ciencia la de Dios! ¡Qué incomprensibles son sus decisiones y qué irrastreables sus caminos!