¿Tienes un brazo tú como el de Dios? ¿Puedes tronar con voz como la suya?
Éxodo 9:17 - Biblia Martin Nieto ¿Tú te atreves a levantarte contra mi pueblo para no dejarle partir? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¿Todavía te ensoberbeces contra mi pueblo, para no dejarlos ir? Biblia Nueva Traducción Viviente Pero todavía actúas como señor y dueño de mi pueblo, te niegas a dejarlo salir. Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Y todavía te opones a que salga mi pueblo? La Biblia Textual 3a Edicion ¿Todavía te yergues como una barrera contra mi pueblo para no dejarlos partir? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tú te opones todavía a mi pueblo y no lo dejas partir. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Todavía te ensalzas tú contra mi pueblo, para no dejarlos ir? |
¿Tienes un brazo tú como el de Dios? ¿Puedes tronar con voz como la suya?
Sabio de mente y robusto de fuerza, ¿quién puede resistirle impunemente?
Pero precisamente por esto te he conservado la vida, para demostrarte mi poder y para que mi nombre sea publicado por toda la tierra.
Pues bien, yo haré llover mañana, a esta hora, una granizada tan fuerte como no la ha habido en Egipto desde el día en que fue fundado hasta el presente.
¿Presume acaso el hacha contra quien la maneja? ¿Se envanece la sierra contra aquel que la mueve? ¡Como si el palo mandase a quien lo alza o el bastón impulsara a aquel que no es madera!
Señor, alzada está tu mano; pero ellos no la miran. ¡Vean tu celo por tu pueblo, y se avergüencen, y el fuego preparado para tus enemigos los devore!
Por haberte envalentonado contra mí, pues tu insolencia y tu furor contra mí han llegado a mis oídos, voy a poner mi anillo en tu nariz y mi freno en tus labios, para hacerte volver por el camino por donde has venido.
¡Ay de aquel que litiga con su creador, siendo sólo un tiesto de barro! ¿Dice acaso la arcilla a su alfarero: Qué haces? Le dice su obra: ¿No tienes manos?
Por eso, esto dice el Señor Dios: Porque has hecho tu corazón semejante al corazón de Dios,
Pero tan pronto como se ensoberbeció su corazón y su espíritu se obstinó en el orgullo, fue depuesto de su trono real y se le quitó su gloria.
Pero en aquel instante un ángel del Señor lo hirió de muerte, por haberse arrogado el honor de Dios, y murió roído de gusanos.
¿O queremos provocar celos al Señor? ¿Somos acaso más fuertes que él?