Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? A pesar de mis gritos, no acudes a salvarme;
Cantares 3:1 - Biblia Martin Nieto Ella: n mi lecho, por la noche, busqué al amor de mi vida; lo busqué, pero no lo encontré. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma; Lo busqué, y no lo hallé. Biblia Nueva Traducción Viviente Una noche, mientras estaba en mi cama, suspiré por mi amado; suspiraba por él, pero él no venía. Biblia Católica (Latinoamericana) Sobre mi lecho, por las noches,
yo buscaba al amado de mi alma.
Lo busqué y no lo hallé. La Biblia Textual 3a Edicion Por las noches en mi lecho, Buscaba al que ama mi alma. Lo busqué, pero no lo hallé. Biblia Serafín de Ausejo 1975 En mi lecho, en la noche, buscaba yo al amado de mi alma: lo buscaba y no lo hallé. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma: Lo busqué, y no lo hallé. |
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? A pesar de mis gritos, no acudes a salvarme;
Sabed que el Señor distingue al que le es fiel, el Señor me escucha cuando yo le invoco.
que entre los muertos no hay recuerdo de ti, en el abismo, ¿quién te puede alabar?
Dime tú, amor de mi vida, dónde estás descansando, dónde llevas el ganado a mediodía, para que yo no ande perdida por los rebaños de tus compañeros. Coro:
Abrí a mi amor, pero mi amor se había ido. Se me fue el alma tras de él. Lo busqué y no lo encontré, lo llamé y no me respondió.
Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, si encontráis a mi amor, ¿qué le vais a decir? Que enferma estoy de amor. Coro:
Mi alma te ansía por la noche, y mi espíritu, en mi interior, te espera a la mañana; pues cuando tus juicios se ejecutan en la tierra, aprenden justicia los habitantes del mundo.
Buscad al Señor mientras puede ser hallado; clamad a él mientras está cerca.
'Esforzaos por entrar por la puerta estrecha, porque os digo que muchos intentarán entrar y no podrán.
Ella, así que lo oyó, se levantó rápidamente y salió al encuentro de Jesús.
Por tercera vez le preguntó: 'Simón, hijo de Juan, ¿me amas?'. Pedro se entristeció porque le había preguntado por tercera vez si lo amaba, y le respondió: 'Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo'. Jesús le dijo: '¡Apacienta mis ovejas!'.
al que amáis y en el que creéis sin haberlo visto por el que os alegráis con un gozo inenarrable y radiante,