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Isaías 26:9 - Biblia Martin Nieto

9 Mi alma te ansía por la noche, y mi espíritu, en mi interior, te espera a la mañana; pues cuando tus juicios se ejecutan en la tierra, aprenden justicia los habitantes del mundo.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Te busco por la noche; en la mañana te busco de todo corazón. Pues solo cuando tú vengas a juzgar la tierra, la gente aprenderá lo correcto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Mi alma te desea por la noche y mi espíritu se despierta en mí desde la mañana. Cuando a la tierra le llegan tus juicios, los habitantes del mundo aprenden a ser justos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Mi alma te anhela de noche, Y por ti madruga mi espíritu dentro de mí, Porque cuando tus juicios se manifiestan en la tierra, Los habitantes del mundo aprenden justicia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Con mi alma te ansío de noche, con mi espíritu te busco en mi pecho; porque cuando lucen tus juicios en la tierra, aprenden justicia los habitantes del orbe.

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Isaías 26:9
28 Tagairtí Cros  

Es el Señor, nuestro Dios, el que gobierna toda la tierra.


El Señor es nuestro Dios, sus leyes rigen en el mundo entero.


por la noche, Señor, me acuerdo de tu nombre, para guardar tu ley;


me levanto a media noche a darte gracias por tus sentencias justas;


estoy pendiente del Señor más que los centinelas de la aurora.


El justo se alegrará viendo la venganza, lavará sus pies en la sangre de los criminales.


Salmo de David. Cuando estaba en el desierto de Judá


toda mi vida te bendeciré, en tu nombre levantaré mis manos;


sus propias palabras les harán caer, los que los vean se burlarán de ellos.


Cuando él los mataba, ellos lo buscaban, se arrepentían y volvían hacia él;


queden avergonzados y aterrados para siempre y perezcan con un final ignominioso,


Yo amo a los que me aman, y los que me buscan con diligencia me encuentran.


Así será perdonado el crimen de Jacob; éste será todo el precio del perdón de su pecado: que reduzca todas las piedras de los altares a piedras calizas pulverizadas; que no se alcen más columnas sagradas ni estelas solares.


El que de vosotros tema al Señor y escuche la voz de su siervo, el que camine en tinieblas, sin ver ninguna claridad, confíe en el nombre del Señor y apóyese en su Dios.


Buscad al Señor mientras puede ser hallado; clamad a él mientras está cerca.


¡Arriba! Lanza gritos en la noche, a cada relevo de la guardia; derrama, como agua, tu corazón delante del Señor; alza tus manos a él por tus pequeños, que desfallecen de hambre en las esquinas de las calles.


El Señor es bueno para el que en él confía, para el alma que lo busca.


Serás oprobio y vituperio, ejemplo y horror para las naciones circunvecinas, cuando yo haga en ti justicia con indignación y furor, con terrible venganza. Yo, el Señor, he hablado.


Sí, volveré a mi lugar hasta que se sientan culpables y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.


Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura.


Muy de madrugada se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, y allí estuvo rezando.


Por aquellos días fue Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios.


En aquel momento se produjo un gran terremoto y se derrumbó la décima parte de la ciudad, y en el cataclismo perecieron siete mil personas. Los supervivientes, llenos de terror, dieron gloria al Dios del cielo.


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