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Isaías 26:10 - Biblia Martin Nieto

10 Si se absuelve al delincuente, no aprende justicia; en la tierra de la rectitud obrará inicuamente y no verá la majestad del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Tu bondad con los malvados no los lleva a hacer el bien. Aunque otros hagan el bien, los malvados siguen haciendo el mal y no les importa la majestad del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Pues si se perdona al malvado, no aprende la justicia y sigue haciendo el mal en la tierra del derecho, pues no teme la majestad de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Se mostrará piedad al malvado, Pero no aprenderá justicia; Aun en tierra de rectitud seguirá practicando el mal, Y no considerará la grandeza de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Aunque se trate con clemencia al impío, no aprende la justicia; en país de rectitud obra el mal, no ve la majestad de Yahveh.

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Isaías 26:10
36 Tagairtí Cros  

Sin embargo, no se apartaron de los pecados de la casa de Jeroboán, el que había hecho pecar a Israel; incluso el cipo sagrado siguió en pie en Samaría.


Él los libró una y otra vez, pero ellos se obstinaban en su rebeldía y se hundían cada vez más en sus maldades.


enséñame a cumplir tu voluntad, pues tú eres mi Dios; tu espíritu bueno me conduzca por una tierra llana.


porque han perseguido al que tú heriste y han aumentado los sufrimientos de tus víctimas.


Los magos dijeron al Faraón: '¡Aquí está el dedo de Dios!'. Pero el corazón del Faraón se endureció y no les escuchó, como había dicho el Señor.


Pero yo sé bien que ni tú ni tus servidores teméis todavía al Señor, Dios'.


El Faraón, viendo que habían cesado la lluvia y el granizo, perseveró en su pecado, endureciendo su corazón él y sus servidores.


Porque el desvío de los inexpertos los mata, y el descuido de los necios los lleva a la ruina;


Y he visto más debajo del sol: en el lugar del derecho está el delito; y en el lugar de la justicia, la injusticia.


Como no se ejecuta inmediatamente la sentencia contra los delitos, por eso los hombres sólo piensan en delinquir;


¡Cómo se ha prostituido la ciudad fiel, Sión, tan llena de justicia! Moraba en ella el derecho; ¡ahora, en cambio, asesinos!


Métete entre las rocas, escóndete en el polvo ante el terror del Señor, de su imponente majestad, cuando venga a hacer temblar la tierra.


La tierra ha sido profanada bajo los pies de sus habitantes, porque han transgredido la ley y olvidado el precepto; han roto la alianza eterna.


Aquel día se tocará la gran trompeta, y vendrán los perdidos en el país de Asiria y los dispersos en el país de Egipto; a adorar al Señor en el monte santo, en Jerusalén.


Pues el necio necedades habla, y su corazón medita iniquidad para cometer perversidades y hablar mal del Señor, para dejar vacío el vientre del hambriento y privar al sediento de bebida.


También son perversas las armas del mentiroso. Tramas inicuas urde para perder a los humildes con mentiras, y a los pobres que reclaman su derecho.


Cítara y arpa, tambor, flauta y vino no faltan en sus banquetes; pero no piensan en la obra del Señor, no atienden a la hechura de sus manos.


Yo os conduje a un país feraz para que gozarais de sus frutos y sus bienes. Pero vosotros, nada más entrar, profanasteis mi tierra, convertisteis mi heredad en lugar aborrecible.


Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Todavía ha de emplearse esta expresión en la tierra de Judá y en sus ciudades cuando mejore yo su suerte: '¡Que el Señor te bendiga, sede de justicia, monte santo!'.


Mi pueblo se inclina a la apostasía; gritan a lo alto, pero nadie los levanta.


Yo los apacenté y se saciaron; y, una vez saciados, su corazón se envaneció y de mí se olvidaron.


No permanecerán más en la tierra del Señor; Efraín regresará a Egipto, y en Asiria comerán manjares impuros.


Levantaos, marchad, no es hora de reposo. Por vuestra inmundicia provocáis la destrucción, y la destrucción será irreparable.


Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo subió al alero del templo y


Engordó Jesurún y tiró coces -estabas gordo y corpulento-; / volvió las espaldas a Dios, / su creador, / y despreció la roca de su salvación.


Ya le he dado tiempo para que se arrepienta, pero ella no quiere convertirse de su lujuria.


Samuel prosiguió: '¿No es cierto que siendo tú bien poca cosa has llegado a ser jefe de todas las tribus de Israel? El Señor te ungió por rey de Israel.


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