Isaías 26:8 - Biblia Martin Nieto

⁸ Sí, en el camino de tus juicios esperamos en ti, Señor; tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

⁸ También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁸ Señor, mostramos nuestra confianza en ti al obedecer tus leyes; el deseo de nuestro corazón es glorificar tu nombre.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁸ ¡Ah, Yavé!, tú sabes que sólo buscamos el camino de tus preceptos. Tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁸ Oh YHVH, en la senda de tus juicios te esperamos, Tu Nombre y tu memoria son el anhelo del alma.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁸ Sí, en la vereda de tus juicios te esperamos, Yahveh; tu nombre y tu recuerdo son el anhelo del alma.

Isaías 26:8 Tagairtí Cros

2 Samuel 23:5

Mi casa es estable junto a Dios, porque hizo conmigo un pacto eterno, bien reglamentado y garantizado en todo. Él hace que broten mis triunfos y que se cumplan mis deseos.

Salmos 106:3

Dichosos los que guardan el derecho y en todo tiempo practican la justicia.

Salmos 130:5

Yo espero con toda el alma en el Señor, confío en su palabra;

Salmos 18:23

todas sus leyes han estado ante mí y no aparté de mí sus mandamientos,

Salmos 42:2

Como la cierva busca corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío;

Salmos 65:6

Tu justicia nos responde con prodigios, oh Dios, salvador nuestro, esperanza de los confines de la tierra y los mares lejanos;

Salmos 73:25

¿A quién tengo yo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, no me gusta ya la tierra.

Salmos 84:2

¡Qué hermosa es tu morada, Señor omnipotente!

Éxodo 3:15

Y continuó: 'Dirás así a los israelitas: El Señor, Dios de vuestros padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Éste es mi nombre para siempre, éste mi recuerdo por todos los siglos'.

Cantares 5:8

Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, si encontráis a mi amor, ¿qué le vais a decir? Que enferma estoy de amor. Coro:

Isaías 12:4

Y diréis aquel día: Dad gracias al Señor, invocad su nombre, proclamad sus proezas entre las naciones, repetid que su nombre es sublime.

Isaías 24:15

También desde oriente glorifican al Señor; en las islas del mar, el nombre del Señor, Dios de Israel.

Isaías 25:1

Señor, tú eres mi Dios; yo te ensalzo y bendigo tu nombre, porque has realizado los designios maravillosos concebidos desde antiguo, firmes y seguros.

Isaías 25:9

Aquel día se dirá: Éste es nuestro Dios, de quien esperamos que nos salve; éste es el Señor, en quien esperamos. Alegrémonos, gocémonos, porque nos ha salvado.

Isaías 26:13

Señor, Dios nuestro, otros señores nos han subyugado; pero nosotros sólo te reconocemos a ti e invocamos tu nombre.

Isaías 30:18

Pero el Señor espera la hora de otorgaros su gracia; por eso se levanta para apiadarse de vosotros, porque el Señor es un Dios de justicia; felices los que en él esperan.

Isaías 33:2

¡Señor, ten piedad de nosotros, que esperamos en ti! Sé nuestra fuerza a la mañana, nuestra salud en tiempo de aflicción.

Isaías 49:23

Reyes tendrán por ayos y princesas por nodrizas; rostro en tierra se prosternarán ante ti y lamerán el polvo de tus pies. Y sabrás que yo soy el Señor, que los que en mí esperan jamás son defraudados.

Isaías 51:4

Estad atentos, pueblos; naciones, prestadme oídos, porque de mí viene la ley, y mi derecho será la luz de los pueblos.

Isaías 56:1

Esto dice el Señor: Guardad el derecho, practicad la justicia, porque mi salvación está para llegar y mi justicia para manifestarse.

Miqueas 4:5

Porque todos los pueblos caminan cada uno en nombre de su dios; pero nosotros caminaremos en el nombre del Señor, nuestro Dios, para siempre jamás.

Miqueas 7:7

Pero yo clavo mis ojos en el Señor; yo espero en Dios, mi salvador; mi Dios me escuchará.

Números 36:13

Éstos son los mandamientos y leyes que el Señor dio a los israelitas por medio de Moisés en los Llanos de Moab, junto al Jordán, a la altura de Jericó.

Lucas 1:6

Ambos eran justos ante Dios, pues guardaban irreprochablemente todos los mandamientos y preceptos del Señor.

Hechos 1:4

Una vez que estaba comiendo con ellos les mandó que no saliesen de Jerusalén, sino que aguardasen la promesa del Padre, de la que os hablé;

Romanos 8:25

Si esperamos lo que no vemos, debemos esperarlo con paciencia.

2 Tesalonicenses 3:5

Que el Señor dirija vuestros corazones hacia el amor de Dios y la paciencia de Cristo.