Lucas 13 - Biblia Martin Nieto1 En aquel momento llegaron algunos anunciándole que Pilato había matado a unos galileos, mezclando su sangre con la de las víctimas que ofrecían en sacrificio. 2 Jesús les dijo: '¿Pensáis que esos galileos eran los más pecadores de todos los galileos porque sufrieron eso? 3 Os digo que no; y, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. 4 ¿Creéis que aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató eran los únicos culpables entre todos los vecinos de Jerusalén? 5 Os digo que no. Todos pereceréis igualmente si no os arrepentís'. 6 Les contó esta parábola: 'Un hombre tenía una higuera plantada en su viña; fue a buscar higos en ella, y no los encontró. 7 Dijo al viñador: Hace ya tres años que vengo a buscar higos en ella y no los encuentro. Córtala. ¿Por qué va a ocupar un terreno inútilmente? 8 El viñador dijo: Señor, déjala también este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, 9 a ver si da higos; si no los da, la cortas'. 10 Un sábado estaba enseñando en una sinagoga. 11 Había allí una mujer poseída de un espíritu inmundo, que la tenía enferma hacía dieciocho años; estaba encorvada y no podía de ninguna manera enderezarse. 12 Jesús, al verla, la llamó y le dijo: 'Mujer, quedas libre de tu enfermedad'. 13 Le impuso las manos y, al instante, se enderezó y empezó a alabar a Dios. 14 El jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, decía al pueblo: 'Hay seis días para trabajar; venid en ésos y curaos; no vengáis en sábado'. 15 Jesús le respondió: '¡Hipócritas! ¿No suelta cada uno de vosotros su buey o su asno del pesebre en sábado y lo lleva a beber? 16 Y a esta mujer, que es una hija de Abrahán, a la que Satanás tenía atada desde hace dieciocho años, ¿no se la puede soltar de su atadura en sábado?'. 17 Y al decir esto, todos sus adversarios quedaron avergonzados, mientras que la gente se regocijaba por los milagros que él hacía. 18 Jesús les dijo: '¿A qué se parece el reino de Dios y a qué lo compararé? 19 Es como un grano de mostaza, que toma un hombre, lo echa en su huerto y crece hasta llegar a ser como un árbol, en cuyas ramas anidan las aves. 20 ¿A qué compararé el reino de Dios? 21 Es como la levadura que una mujer toma y la mete en tres medidas de harina, hasta que fermenta toda la masa'. 22 Camino de Jerusalén, iba recorriendo pueblos y aldeas, enseñando. 23 Uno le preguntó: 'Señor, ¿son pocos los que se salvan?'. Le respondió: 24 'Esforzaos por entrar por la puerta estrecha, porque os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. 25 Una vez que el amo de la casa se haya levantado y cerrado la puerta, os quedaréis fuera y comenzaréis a llamar a la puerta: ¡Señor, ábrenos! 26 Y empezaréis a decir: Hemos comido y bebido contigo, tú has enseñado en nuestras plazas. 27 Pero él os dirá: No sé de dónde sois; apartaos de mí, agentes de injusticias. 28 Allí será el llanto y el rechinar de dientes cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, mientras que vosotros sois echados fuera. 29 De oriente y de occidente, del norte y del sur vendrán a sentarse a la mesa en el reino de Dios. 30 Pues hay últimos que serán primeros y hay primeros que serán últimos'. 31 En aquel momento se acercaron unos fariseos, y le dijeron: 'Anda, vete de aquí, porque Herodes quiere matarte'. 32 Y él les dijo: 'Id y decid a ese zorro: Hoy y mañana seguiré echando demonios y haciendo curaciones, y pasado mañana terminaré. 33 Por lo demás, seguiré mi camino hoy, mañana y pasado mañana, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén'. 34 '¡Jerusalén, Jerusalén!, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como una gallina a sus polluelos bajo las alas, y no has querido! 35 Sabed que vuestra casa se queda abandonada. Y os digo que ya no me veréis hasta que llegue el momento en que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor'. |
Evaristo Martín Nieto©