Contigo el poderío el día de tu nacimiento; en las montañas santas, como el rocío, te he engendrado en el seno de la aurora.
Cantares 1:16 - Biblia Martin Nieto ¡Qué hermoso eres, amor mío, qué delicioso! Todo verdor es nuestro lecho. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; Nuestro lecho es de flores. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Y tú eres tan apuesto, amor mío, tan agradable que no puedo expresarlo! La tierna hierba es nuestra cama; Biblia Católica (Latinoamericana) Amado mío, ¡qué hermoso eres,
qué delicioso!
Nuestro lecho es sólo verdor. La Biblia Textual 3a Edicion Ella He aquí eres hermoso, oh amado mío, También placentero. Nuestro lecho es de flores,° Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Qué hermoso eres, amado mío, qué dulce delicia! Nuestro lecho es de fronda. Biblia Reina Valera Gómez (2023) He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; nuestro lecho también florido. |
Contigo el poderío el día de tu nacimiento; en las montañas santas, como el rocío, te he engendrado en el seno de la aurora.
Mi corazón rebosa de palabras bellas, voy a recitar mis versos en honor del rey, mi lengua es como la pluma de un escritor experto.
¡Qué hermosa eres, amor mío, qué hermosa eres! Tus ojos son como palomas... Ella:
Como manzano entre árboles silvestres, así es mi amado entre los jóvenes. A su sombra apetecida estoy sentada, y su fruto me es dulce al paladar.
Semejante es mi amor a una gacela, a un ágil cervatillo. Vedlo ya aquí apostado detrás de nuestra cerca. Mira por las ventanas, espía por las celosías.
Es la litera de Salomón: sesenta próceres la escoltan, son la flor de Israel. Todos expertos en la espada, veteranos de la guerra; cada uno lleva su espada al flanco, en previsión de sorpresas nocturnas.
Ella: Yo dormía, pero mi corazón velaba... ¡Una voz! Mi amor me llama: ' breme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, mi perfecta; mi cabeza está cubierta de rocío; mis bucles, del relente de la noche...'.
Me levanté para abrir a mi amor, y mis manos destilaron mirra, mirra fluida mis dedos en la manilla de la cerradura.
Tu cabeza sobre ti como el Carmelo, y la melena de tu cabeza cual la púrpura: un rey en tus rizos está preso. Él:
¡Qué felicidad! ¡Qué belleza! El trigo dará vigor a los jóvenes, y el mosto a las jóvenes.