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Cantares 5:2 - Biblia Martin Nieto

2 Ella: Yo dormía, pero mi corazón velaba... ¡Una voz! Mi amor me llama: ' breme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, mi perfecta; mi cabeza está cubierta de rocío; mis bucles, del relente de la noche...'.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado que llama: Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía, Porque mi cabeza está llena de rocío, Mis cabellos de las gotas de la noche.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Yo dormía, pero mi corazón estaba atento, cuando oí que mi amante tocaba a la puerta y llamaba: «Ábreme, tesoro mío, amada mía, mi paloma, mi mujer perfecta. Mi cabeza está empapada de rocío, mi cabello, con la humedad de la noche».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Yo dormía, pero mi corazón estaba despierto. Oí la voz de mi amado que me llamaba: 'Abreme, hermana mía, compañera mía, paloma mía, preciosa mía; que mi cabeza está cubierta de rocío, y mis cabellos, de la humedad de la noche.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Ella Yo dormía, pero mi corazón velaba: ¡Una voz! ¡Mi amado está llamando! Él ¡Ábreme, hermana mía, amada mía, Paloma mía, perfecta mía! Porque mi cabeza está empapada de rocío, Y mis cabellos del relente de la noche.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Yo dormía, pero mi corazón velaba. ¡Una voz! Mi amado llama: '¡Ábreme, hermana, amada mía, mi paloma sin mancha; mi cabeza rezuma de rocío; mis bucles, de las gotas de la noche'.

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Cantares 5:2
39 Tagairtí Cros  

Y Jacob sirvió siete años por Raquel, que le parecieron unos días; tan grande era el amor que le tenía.


Dichosos aquellos cuya conducta es intachable, los que caminan en la ley del Señor;


no habría en tu casa un dios extraño, no adorarías a ningún dios extranjero.


Hijo mío, dame tu corazón y ten los ojos fijos en mis consejos.


¡Qué hermoso eres, amor mío, qué delicioso! Todo verdor es nuestro lecho.


Mi amor canta y me dice: Él: '¡Levántate, amor mío; hermosa mía, ven!


Paloma mía, en las grietas de las peñas, en escarpados escondrijos, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz, porque tu voz es dulce y tu rostro encantador'.


¡Una voz!... ¡Es mi amor! He aquí que ya llega saltando por los montes, brincando por los collados.


Ella: n mi lecho, por la noche, busqué al amor de mi vida; lo busqué, pero no lo encontré.


¡Toda hermosa eres, amor mío, no hay tacha alguna en ti!


Me robaste el corazón, hermana mía, novia mía, me robaste el corazón con una mirada de tus ojos, con una perla del collar.


Su cabeza es oro, oro puro; sus guedejas, racimos de palmeras, negras igual que el cuervo.


Abrí a mi amor, pero mi amor se había ido. Se me fue el alma tras de él. Lo busqué y no lo encontré, lo llamé y no me respondió.


nica es mi paloma, única mi perfecta; ella, la única de su madre, la preferida de la que le dio a luz. Las doncellas la han visto y la han felicitado, reinas y concubinas la han bendecido: Ellas:


Me digo: 'Voy a subir a la palmera; tomaré sus racimos. ¡Séanme tus pechos como racimos de uvas, y tu aliento como perfume de manzanas!


Aguas inmensas no podrían apagar el amor, ni los ríos ahogarlo. Quien ofreciera toda la hacienda de su casa a cambio del amor sería despreciado. Los Hermanos:


He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a quienes me mesaban la barba; no he hurtado mi rostro a la afrenta y a los salivazos.


Y si muchos se habían horrorizado al verlo -tan desfigurado estaba su semblante que no tenía ya aspecto de hombre-,


Al hablarme quedé sin sentido con el rostro en tierra, pero él me tocó y me hizo incorporarme.


El ángel que hablaba conmigo volvió y me despertó como a uno que le despiertan de un sueño.


Porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra y al que llama se le abre.


para que se cumpliera lo que había dicho el profeta Isaías: Él tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades.


Muy de madrugada se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, y allí estuvo rezando.


Entró en agonía, y oraba más intensamente; sudaba como gotas de sangre, que corrían por el suelo.


Por aquellos días fue Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios.


Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero lograron mantenerse despiertos y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él.


Y cuando ha sacado todas sus ovejas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.


y ya no vivo yo, pues es Cristo el que vive en mí. Mi vida presente la vivo en la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.


Por eso se dice: Despierta tú, que duermes, y levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará.


Éstos son los que no se han manchado con mujeres, porque son vírgenes; éstos siguen al cordero adondequiera que va; fueron rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el cordero;


Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa, cenaré con él y él conmigo.


Pero tienes todavía en Sardes algunas personas que no han manchado sus vestidos; ellas caminarán conmigo con vestiduras blancas, porque son dignas de ello.


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